Lakers y Anthony Davis necesitaban dar un giro al arranque de la serie contra Portland para así elevar su imagen. Y ese doble golpe en la mesa fue poderoso. Lakers vapuleó a los Blazers dejando gran parte de la segunda mitad del partido sin interés alguno.
Pero es que Lakers también necesitaba imperiosamente voltear su historia más reciente, dadas las persistentes frustraciones que venía sufriendo el equipo durante años. Y lo ha logrado.
¡La de hoy es la primera victoria de Lakers en 8 años en un partido de playoff!, una espera demasiado larga para un equipo con su trayectoria histórica.
Su último triunfo en playoff fue en 2012, cuando el equipo llegó a las semifinales de conferencia con Kobe Bryant y Pau Gasol en sus filas. Lakers cayó 4-0 en primera ronda al año siguiente, en 2013, con Spurs y después llegó la travesía en el desierto de estar 6 temporadas consecutivas sin acceder a la postemporada.
Hoy esa sequía de triunfos en playoffs ha terminado. Y lo ha hecho a lo grande. Con una paliza cifrada en un contundente 111-88 tras llegar a acumular ventajas superiores a los 30 puntos.
Partidazo de Davis, que en tres cuartos se fue a 31 puntos y 11 rebotes jugando 29 minutos. Fue el dueño de la pintura (¡hasta 16 puntos anotó en la zona en el primer cuarto!) donde fue aniquilando minuto a minuto a Jusuf Nurkic y Hassan Whiteside.
Los angelinos dominaron ya el primer cuarto a base de defensa, y esa intensidad defensiva jamás decreció: 56-39 al descanso y 88-58 tras disputarse tres cuartos. Una auténtica apisonadora ante un equipo ramplón que tuvo una producción ofensiva ridícula.
Se veía venir. Portland llegaba al partido tras días y más días de permanente tensión sorteando un calendario con un ritmo competitivo agotador para poder jugar el play-in y poder entrar en los playoffs. El primer partido ante Lakers les pilló en pleno subidón de adrenalina, pero el triunfo en ese primer choque hizo que el equipo bajara la guardia y fuera aniquilado en este segundo juego.
Lo peor no fue perder de forma tan contundente. Lo peor es que con el partido ya decidido se lesionó Damian Lillard. El base intentó robar un balón a Davis y se dislocó el dedo índice de la mano izquierda. Se le vio frustrado en la banda, tuvo que visitar los vestuarios y después volvió a la zona de juego, pero ya sin ninguna posibilidad de reingresar al partido por su propia condición y porque el encuentro estaba decidido.
El partido ya empezó mal para Portland. Lakers salió con una intensidad defensiva digna de elogio y con los dos primeros triples del partido y un alley-oop entre Davis y LeBron James ya abrió la primera pequeña brecha en el marcador.
Ese primer cuarto ya fue de Davis, que percutió una vez tras otra contra el aro rival desde su cercanía.
Tras el 27-19 del primer cuarto, Lakers puso en pista al inicio del segundo a J.R. Smith, que se mostró instrascendente. Davis cerraba muy bien el aro y seguía feliz en el ataque, y la ventaja se fue estirando. Un triple de Davis, un 2+1 del propio Davis y los Lakers se plantaron en el descanso ganando 56-39.
Para entonces, Davis ya sumaba 21 puntos y 8 rebotes. Le acompañaba LeBron con 10 puntos, un LeBron que no volvería a anotar en todo el partido.
Mientras, Lillard no había dado ni una sola asistencia en toda la primera parte (solo sumó una en el partido) y ya se veía que nada iban a aportar jugadores como Jusuf Nurkic, C.J. McCollum o Carmelo Anthony, como así se refrendó en la segunda parte.
Lo de Nurkic era normal, dado que había llevado al límite su cuerpo tras una gravísima lesión; lo de McCollum podría ampararse en sus problemas de espalda; y lo de Carmelo en su edad, aunque el hecho de que solo anotara 2 puntos en el partido es altamente preocupante.
Lo cierto es que llegó el tercer cuarto y ahí ya se vio que el desastre de Portland era inevitable. La defensa de Lakers no bajaba los brazos. Un rebote de Davis con pase de campo a campo para el mate de Kentavious Caldwell-Pope evidenció la realidad. Y llegó un triple de KCP y una canasta de McGee y... así hasta superar la treintena de diferencia.
El último cuarto sobró. Portland evitó la humillación salvaje y poco más. Los Lakers se permitieron el lujo de ganar un partido por 23 puntos con LeBron anotando solo 10 y jugadores como J.R. Smith o Anfernee Simmons aprovecharon para hacer estadística.
Ahora habrá que ver cómo está el dedo de Lillard y cómo andan también los físicos de McCollum, Anthony y Nurkic. Estos Blazers han brillado en la burbuja, pero parecen estar muy cascados.