Los Lakers ya esperan rival. Victoria por 131-122 ante Portland para imponerse 4-1 después de ganar 4 partidos consecutivos y pasar así la primera ronda, un triunfo que les dará un respiro físico y les mantendrá a la espera del ganador del Rockets-Thunder.
Los angelinos cumplieron el pronóstico, pero no sin sudor. Porque Portland se lo puso complicado en su intento por mantenerse en competición y rendir un sentido homenaje al recién fallecido Cliff Robinson, miembro ilustre del panteón de los Blazers.
Los de Terry Stotts se marcaron un gran partido vistas sus circunstancias, cargados de bajas culminadas por la ausencia de su gran líder, Damian Lillard. A pesar de ello se resistieron hasta que la evidencia se mostró con toda su crueldad en los últimos minutos del partido.
Esa evidencia no es otra que la pareja Anthony Davis-LeBron James es pura dinamita. Las dos estrellas de Lakers completaron una actuación asombrosa preñada de números fantásticos. Davis hizo 43 puntos y 9 rebotes; LeBron se marcó un triple-doble con 36 puntos, 10 rebotes y 10 asistencias. Pero lo más alucinante fue comprobar la suma de producciones.
¡Entre LeBron y Davis sumaron 79 puntos, 19 rebotes y 14 asistencias con porcentajes de tiro increíbles: un 75,7% en campo (28 de 37), un 61,5% en triples (8 de 13) y un 88,2% en libres (15 de 17)! Y desde un régimen de igualdad: Davis hizo 14 de 18 en campo con 4 de 6 en triples y James presentó 14 de 19 con 4 de 7. Espeluznante para el rival. Insostenible.
Se vieron apoyados por Kentavious Caldwell-Pope, por una muy buena primera parte de Dwight Howard, por la intensidad productiva de Alex Caruso... pero tampoco por mucho más, y eso es lo preocupante, quedando en el capítulo de decepciones la actuación de Kyle Kuzma.
En Portland, los jugadores que tenían que dar un paso al frente faltando Lillard, lo dieron. C.J. McCollum se fue a 36 puntos y 7 asistencias, Carmelo Anthony firmó 27 tantos y 7 rebotes con buenos porcentajes de tiro, Jusuf Nurkic se fue a 16 tantos, 10 rebotes, 6 asistencias y 5 robos sacando fuerzas de flaqueza como pudo y Gary Trent Jr. ejerció de titular y aportó 16 puntos.
Bien desde la segunda unidad Anfernee Simons y partido lleno de trabas el de Hassan Whiteside, que fue titular con Nurkic, pero se vio implicado en un conjunto de calamidades (lesión en un dedo y problemas con las faltas) que arruinaron cualquier intento de labrar su nombre en el partido.
El partido tuvo su gracia. Jugar sin Lillard remitía a los Blazers a un fracaso obligado en su intento por dar un revolcón a los Lakers, pero ese fracaso llevó una bella firma.
Un parcial de 13-0 favorable a Lakers en un momento dado del primer cuarto pareció encaminar el partido hacia ese destino obligado, pero Portland aguantó el primer cuarto, que acabó 35-31 tras un 3+1 de Simons, una canasta de Kuzma tras tapón ilegal de Hezonja y un final de J.R. Smith proporcionando material de derribo a Shaquille O'Neal para sus bromas televisivas.
El segundo cuarto fue un espectáculo ofensivo con poco compromiso en la retaguardia, un elevado clinic de personalidades con, por momentos, una nula circulación de balón, una carrera hacia un loco All-Star furibundo que, eso sí, por momentos tuvo su encanto.
Y al descanso se llegó con marcador de 68-68 tras un triplazo sobre la bocina de LeBron, que mantuvo a su equipo en el partido en los momentos más duros, cuando Blazers simuló una casi escapada que llegó a alcanzar los 8 puntos de ventaja.
Al descanso, ¡Portland estaba con 10 triples de 14 intentos! y LeBron, McCollum y Carmelo andaban ya en números estelares en el campo anotador.
A Portland se le hizo cuesta arriba el tercer cuarto. Primero, porque Whiteside y Anthony se cargaron de faltas. Segundo, porque Lakers se llegó a poner con 14 puntos de ventaja (90-76). Parecía romperse el partido, pero los de Stotts sobrevivieron como pudieron, y de esa supervivencia avanzaron hasta meterse de lleno en el juego y empatar el encuentro a 100 a 9:46 del final con un triple de Simons.
Llegaron los de Oregón vivos a la recta final del partido, pero ahí surgió la verdadera naturaleza de Lakers: LeBron y Davis a toda máquina. Davis pasó de 40 puntos, James rubricó su triple-doble, Lakers se marchó por 13 puntos... y se acabó. La distinción estuvo en la resolución, y en eso el dúo LeBron-Davis no tuvo rival, porque no tenía mimbres Portland para rivalizar con tamaña pareja.