Segunda para Miami Heat en su duelo ante Pacers para situarse 2-0 en los playoffs y 5-1 en el cómputo global de la presente temporada. Los de Erik Spoelstra parecen tener tomada la medida a los de Nate McMillan.
Triunfo por 100-109 con Duncan Robinson machacando al rival desde el triple. El joven tirador empezó el partido como una locomotora anotando 3 triples en los primeros 75 segundos del encuentro.
Estuvo Robinson, que se ciñó siempre al tiro de 3, infalible hasta que falló su séptimo intento, ese 6 de 6 desde la línea de 3 fue llevando a su equipo, que terminó rompiendo al rival en el tercer cuarto, cuando llegó a tener Miami 16 puntos de ventaja en el marcador.
Robinson acabó con 24 puntos tras meter 7 triples de 8 intentos en una matinal para enmarcar.
Le secundaron Goran Dragic y Jimmy Butler, nada nuevo bajo el sol. El esloveno volvió a dosificarse sus esfuerzos como el calculador experto que es, de modo que volvió a estar gris en el primer tiempo para dar lo mejor de sí en el segundo. Sumó 20 puntos y 6 asistencias, anotando 16 tras el descanso. Mientras, Butler ejerció otra vez el hombre orquesta del equipo, de líder necesario. Firmó 18 tantos, 7 rebotes y 6 asistencias.
Además, buena segunda unidad con 15 puntos de Tyler Herro, intensidad juvenil de Andre Iguodala, ¡qué gran tapón puso corriendo hacia el triple en la esquina!, y buenos minutos de Kelly Olynyk.
Pacers no pudo ganar pese a tener de vuelta al juego a Victor Oladipo (solo jugó 9 minutos el primer día por un golpe en un ojo) y pese a gozar de la resurrección del ya casi defenestrado Myles Turner, que perdió su duelo con Bam Adebayo en el primer partido para ganarlo en este segundo, con el pívot de Miami yéndose al descanso sin anotar.
Oladipo logró 22 puntos y estuvo en pista 37 minutos. Turner sumó 17 tantos, 8 rebotes, 5 tapones y 7 de 8 en el tiro con 3 de 3 en triples.
Además, 17 puntos, 9 asistencias y 0 pérdidas de un Brogdon irregular en el tiro y 14 puntos de Warren, con 0 de 5 desde el triple. No fue el mejor día del alero en la burbuja.
A Indiana le mató su menor profundidad de banquillo y a Miami le dio vida su acierto desde el triple, al transformar 18 tiros con una efectividad del 51,4%.
El partido fue de nuevo un partido de playoff. Duro, intenso, igualado, con un ritmo controlado y defensas. Es decir, el hiperrealismo -como copia de una postemproada real- inserto en el surrealismo -en un escenario de burbuja sin espectadores-.