Monumental triple-doble de LeBron James cargado de frustración. Lakers se quedó en 93 puntos y terminó sucumbiendo ante unos Blazers con la maquinaria bien engrasada tras pelear hasta el límite por meterse en playoffs, unos Blazers comandados por el infatigable MVP Damian Lillard.
Portland tuvo que luchar contra viento y marea para ganar el partido. Ausente Zach Collins, se presentaron los Blazers en los últimos 5 minutos del partido con Jusuf Nurkic, Hassan Whiteside, Wenyen Gabriel y Carmelo Anthony al borde de la eliminación, todos con 5 faltas, es decir, con todo su juego interior amenazado con el adiós al partido y maniatado en muchos sentidos.
Mientras, LeBron James y Anthony Davis -alma, corazón y vida de estos Lakers que muchas veces les dejan demasiado solos- andaban terminando el encuentro con una falta personal cada uno.
Tenían los Lakers el entramado final perfecto para resolver el rompecabezas y no lo hicieron. Portland nunca se rindió, defendió a un gran nivel y terminó marcando la pauta final.
Todo empezó con un tapón de Whiteside a LeBron seguido al instante por un triple antológico desde su casa de Lillard, ¡en qué momento! Luego vino un triple de Carmelo y otro de C.J. McCollum, que se despertó en la segunda parte, para terminar con un caracoleo por toda la pista de Lillard para asistir al mate de Nurkic. Una concatenación de acciones que dejaron K.O. a unos Lakers incapaces de medir bien los tiempos y las distancias en la recta final del encuentro, incluyendo 4 libres consecutivos fallados por LeBron y Davis en un momento delicado.
Resoplaba LeBron al final, y no era para menos. Terminaba extenuado con un triple-doble espectacular (23 puntos, 17 rebotes y 15 asistencias) que de nada servía. Tampoco los 28 puntos y 11 rebotes de un irregular Anthony Davis, ¡que en el último cuarto solo hizo 2 puntos y 1 rebote y que acabó con 8 de 24 en el tiro! Tras ellos, casi la nada.
Salvar el buen desempeño por momentos de Kyle Kuzma, que terminó con 14 puntos y 8 rebotes. Y poco más. Danny Green y Dwight Howard se cargaron de faltas, Kentavious Caldwell-Pope hizo un 0 de 9 en el tiro y anotó un punto en todo el encuentro y el ataque de Lakers jamás funcionó a un nivel verdaderamente sostenible.
Terminó Lakers con un 35,1% en el tiro de campo y un horrible 5 de 32 desde el triple, salvando los muebles gracias a LeBron y a los 17 rebotes ofensivos que capturó el equipo.
Al otro lado de la cancha, un equipo que nunca se rinde, un conjunto liderado una noche más por el impasible y maravilloso Lillard, que terminó con 34 puntos, 5 asistencias y 6 triples.
C.J. McCollum despertó tras una primera parte pobre, y tras meter 16 puntos en la segunda mitad acabó con 21. Jusuf Nurkic fue de más a menos. Su primer cuarto resultó apoteósico... ¡hasta llegar a firmar un doble-doble en los primeros 10 minutos del partido! Asombroso. Después peleó siempre a gran nivel, se codeó a lo grande, pero cometió faltas tontas y le pitaron algunas que no debieran pitarse ni en el patio de un colegio, cuanto menos en un playoff de la NBA. Acabó con 16 puntos y 15 rebotes.
Además, doble-doble de un centrado Carmelo Anthony, y esta es una gran noticia para Portland, y 5 tapones de Whiteside, que pasó de la más absoluta indolencia a aportar al menos algo al equipo.
Portland llegó a ponerse con 16 de ventaja en el primer cuarto (17-33) con Lillard y especialmente Nurkic desatados, acabando el cuarto 25-36 tras dejar a Lakers en un 27,6% de acierto en el tiro.
Lakers remontó de -16 a -2 en el inicio del segundo cuarto con LeBron omnipresente, como toda la noche, pero el partido se paró mediado el cuarto por un problema en un tablero. Tras el parón, conexión LeBron-Davis para poner el 50-49, la primera ventaja en todo el partido de Lakers. Por entonces, James y Davis lo eran todo en el equipo, sin contar con casi ningún apoyo en ataque.
Al descanso, 56-57 con 21 puntos y 7 rebotes de Davis, que se apagó tras el descanso, y un casi triple-doble de LeBron, mientras Lillard firmaba ya 23 puntos y Nurkic 14 con 12 rebotes. Una sangría para Portland no cerrar el rebote defensivo.
La reanudación se caracterizó por la igualdad. McCollum despertó, LeBron seguía repartiendo juego para tener ya un triple-doble jugándose el tercer acto y Lakers conseguía mantener bajo control a Lillard y Nurkic sin que ello supusiera dominar el marcador (75-78 al final del cuarto), lo que ya hacía presagiar lo peor.
En el cuarto final Lakers llegó a ponerse con 6 de ventaja (84-78) en el mejor momento de Kuzma. Parecía que las faltas de Portland y su menor profundidad de banquillo le jugarían una mala pasada a los de Oregón, pero no fue así. Cargados de confianza, los Blazers se levantaron en el momento más complicado y sorprendieron a todos en una jornada de playoffs atípica.
Atípica porque cayeron el primero del Este, Bucks, y el primero del Oeste, Lakers, en sus estrenos de postemporada, una conjunción que no se daba desde 2003.