Ningún equipo clasificado en la décima posición al final de la temporada regular fue capaz de alcanzar los playoffs a través del play-in en la corta historia de este torneo, y esa máxima se ha cumplido hoy nuevamente sintíéndola Warriors en sus carnes.
Sacramento Kings no desaprovechó la oportunidad de jugar en casa y pasó por encima de Golden State en la segunda parte para ganar por un contundente 118-94, la mayor ventaja que ha conseguido ante Warriors desde el +25 que obtuviera en febrero de 2006.
El equipo de Mike Brown y el español Jordi Fernández se toma así cumplida revancha de su eliminación a manos de Warriors en la primera ronda de los pasados playoffs.
Ahora los Kings se medirán a los Pelicans para buscar la última plaza de acceso a los playoffs, el octavo puesto del Oeste que envía al que lo consiga a una primera ronda ante OKC Thunder. Lakers ya es el séptimo de la conferencia y jugará contra Denver y Warriors se va a casa.
Tercera vez que Warriors no jugará los playoffs en los últimos 5 años, y 2 de esas veces al caer eliminado en el play-in.
El joven Keegan Murray fue el mejor local con 32 puntos, 9 rebotes y 8 triples de 13 intentos, en un partido en el que todo el quinteto titular local anotó 15 o más puntos.
De'Aaron Fox sumó 24 puntos y 6 asistencias, Harrison Barnes aportó 17 puntos, Domantas Sabonis se fue a 16 puntos, 12 rebotes y 7 asistencias y Keon Ellis firmó 15 puntos, 3 robos y 3 tapones, haciendo un sobresaliente partido a nivel defensivo.
Sacramento estuvo muy bien desde el triple, defendió con intensidad y acierto y se marchó en el marcador al anotar 37 puntos en el tercer cuarto, rematando en el último período tras dejar a Warriors en 18.
En Warriors, partido gris de Stephen Curry con 22 puntos, 2 asistencias y 6 pérdidas de balón, discreto papel de Andrew Wiggins y desempeños horribles de Chris Paul y sobre todo de Klay Thompson, que se quedó sin anotar en los 32 minutos que estuvo en pista tras hacer un 0 de 10 en el tiro de campo.
Jonathan Kuminga sumó 16 puntos, Moses Moody hizo otros 16 jugando solo 15 minutos y Draymond Green añadió 12 más 6 asistencias.
El partido tuvo historia hasta el descanso. Al intermedio ganaba Sacramento 54-50 y parecía que había competencia por delante.
Hasta ese momento los suplentes de Warriors aguantaban el envite con sus 29 puntos anotados, toda vez que el dúo Stephen Curry-Klay Thompson era un erial, con 5 puntos del primero en la primera parte y 0 del segundo.
Pero llegó el tercer cuarto y todo cambió. Un parcial de 19-5 marcó el principio del fin de los Warriors, que poco a poco cayeron en un pozo sin fondo del que no pudieron salir, con pérdidas de balón, mala ejecución de triples abiertos y una ofensiva arruinada en líneas generales.
Durante el tercer cuarto Sacramento ya se escapó en el marcador, acabando el cuarto 91-76 tras una falta flagrante de tipo 1 de Alex Len a Wiggins.
Ya en el último cuarto, la ventaja fue creciendo y creciendo hasta una máxima de 26 puntos.
La imagen definitiva de la noche llegó a 4:39 del final, cuando Harrison Barnes anotó 2 libres para el 109-86 mientras Klay Thompson sangraba por el labio. No podía haber una imagen más simbólica de lo que fue el partido.