La frustración va por barrios. Esta vez esa frustración se apoderó de unos Timberwolves completamente empequeñecidos y de una afición que empezó a desfilar en el último cuarto desocupando sus asientos con rapidez.
Se invirtieron los términos y Denver Nuggets sacó a relucir sus mejores armas, las armas que le convirtieron en 2023 en inequívoco campeón de la NBA.
Tras perder los 2 primeros partidos de la serie como local, atenazados por la defensa de Minnesota, los Nuggets reaccionaron de la mejor manera posible, vapuleando a su rival, con Jamal Murray saliendo de la enorme frustración que le llevó a recibir una dura multa de 100.000 dólares por su intolerancia a la derrota y con jugadores rivales como Kyle Anderson o Nickeil Alexander-Walker desarrollando esa misma frustración hasta perder los nervios con los árbitros. Los papeles habían cambiado. Ya no quedan invictos en estos playoffs.
Denver dio señales de vida gracias a su sensacional mejoría en defensa y gracias a que Jamal Murray regresó a un estado competitivo. Más allá de eso, Nikola Jokic volvió a ser ese Nikola Jokic que lo domina todo anote más o anote menos y Michael Porter Jr. se embozó de nuevo en la capa de jugador que está rindiendo en estos playoffs de forma ejemplar pese a las tristes condiciones que le rodean a nivel familiar.
El partido fue un monólogo de Denver que limitó el ataque de Anthony Edwards, y con él al de todo su equipo.
Ese dominio visitante tuvo una línea cronológica simple. Al descanso, 41-56 tras una máxima ventaja en la primera parte de 19 puntos, y en el tercer cuarto mazazo definitivo a las aspiraciones de los Wolves, para terminar el cuarto con un contundente 66-93 tras un ejercicio impresionante de Nuggets en ataque (13 de 17 en campo, un 76,5% de acierto). El cuarto final careció de emociones genuinamente competitiva.
Nuggets, que llegó a tener 34 puntos de ventaja en la segunda mitad, terminó imponiéndose 90-117 para recortar las diferencias y ponerse con 2-1 en contra.
No fue eficaz el regreso al juego de Rudy Gobert, que se ausentó en el segundo partido al ser papá. Su influencia en este tercer juego resultó nula. Gris noche la del francés.
Denver anotó el 53,8% de sus tiros, encestó 14 triples rozando el 50%, trabajó bien el rebote, pero sobre todo anuló al equipo contrario a partir de su excelente trabajo defensivo.
Nikola Jokic volvió a ser la guía. Logró 24 puntos, 14 rebotes, 9 asistencias, 3 tapones y 3 robos de balón, y formó con Aaron Gordon el dúo que en el tercer cuarto terminó por romper a Minnesota. Hizo lo que quiso Jokic en dicho cuarto.
Jamal Murray hizo una primera parte excelente (18 puntos), para terminar el partido con 24 puntos, 5 asistencias y 3 robos. Y Michael Porter Jr. añadió 21 puntos, estando acertado desde más allá del arco.
Quinteto titular visitante en dobles dígitos anotadores al completo, con Gordon en 13 puntos y 5 asistencias y Kentavious Caldwell-Pope en 12 puntos. Ambos importantes en defensa.
Anthony Edwards apenas asomó la cabeza. Suyos 19 puntos. Karl-Anthony Towns desapareció en la segunda parte. Terminó con 14 puntos. Mike Conley sumó 10 puntos y 6 asistencias y Jaden McDaniels añadió otros 10 puntos tras apenas jugar 8 minutos en la primera parte por culpa de las faltas. Ni Gobert ni los suplentes aportaron prácticamente nada.
A la espera del cuarto partido de la eliminatoria, nuevamente en Mineápolis, Denver toma un poco de aire y reivindica su poder.