La lista de celebridades en París con motivo de la visita de la NBA era interminable, y, todo hay que decirlo, concitó muchos más comentarios que el partido en sí, un insulso Pistons-Bulls como entrega europea poco glamurosa, vistas las trayectorias de ambos equipos.
Eso sí, pabellón lleno en París. Público masivo con muchas ganas de ver baloncesto USA con marchamo NBA, pero a la hora de la verdad el partido careció de interés, porque a día de hoy Detroit es un equipo con pocos rasgos competitivos, más aún con Cade Cunningham de baja para toda la temporada.
En la grada nómina de exjugadores NBA como Magic Johnson, los ex Pistons Ben Wallace y Richard Hamilton, el ex Bull y jugador francés Joakim Noah, futbolistas entre los cuales estaba Gerard Piqué, músicos, por citar a uno, Pharrell, pilotos de Fórmula 1 como Charles Leclerc, Pierre Gasly y Esteban Ocon, los tres sentados juntos... entre otros muchos personajes de la farándula, el deporte, la política... pero sobre todos ellos una figura suscitaba un gran interés: el local Victor Wembanyama, que el día anterior había jugado partido y que hoy estaba como espectador, viendo la que será, si no pasa una desgracia, su competición la próxima temporada.
Ejerció de maestro de ceremonias, hablando micrófono en mano desde mitad de la pista, el exjugador francés de la NBA por antonomasia, Tony Parker, que dio paso a brevísimas palabras de Nikola Vucevic, en representación de Bulls, que habló en francés (nació en el cantón suizo de Vaud, de habla francesa, aunque creció en Bélgica), y Killian Hayes, en representación de Pistons, que es francés, aunque naciera en Florida.
Prolegómenos de lujo para un partido que era el colofón a varios días de estancia de la NBA en suelo francés, para un partido en el que solo un equipo estuvo al mando en el marcador: Chicago. Los Bulls llegaron a acumular 22 puntos de ventaja, mientras que los Pistons jamás se adelantaron en el luminoso, siempre anduvieron a remolque, lastrados por sus carencias.
No quiere decir esto que Chicago brillara, que dominara a su antojo, no. Pero porque tampoco lo necesitó.
Las estadísticas oficiales se cayeron cuando se jugaba el primer cuarto, con 14-19 en el marcador, y el partido se fue cayendo según fue avanzando.
Al descanso, 56-65 a pesar de que Chicago estaba en 3 de 14 desde el triple. Detroit solo tenía a Bojan Bogdanovic como estilete ofensivo (16 puntos), mientras que Bulls había vivido de DeMar DeRozan (16 puntos y 4 asistencias) y del mejor Nikola Vucevic (14 puntos y 12 rebotes), además de tener a Zach LaVine en 11 puntos y a Patrick Williams en 10.
La incapacidad de Detroit para poner en aprietos al rival resultó manifiesta. Finalizó el tercer cuarto 79-93. No tenía pinta de que fueran a sufrir los Bulls y así fue, terminando el partido con un claro 108-126 tras ganar los de Billy Donovan los 4 parciales de los 4 cuartos.
Chicago acabó con un 54,3% en el tiro de campo en un partido en el que los dos equipos lanzaron mal de 3.
En lo individual, LaVine terminó con 30 puntos, DeRozan con 26 y 9 rebotes y Vucevic, mal desde el triple, con 16 puntos, 15 rebotes y 6 asistencias. Hasta 7 jugadores visitantes hicieron 10 o más puntos.
Pistons, mientras, tuvo a Bogdanovic con 25 puntos. Hamidou Diallo hizo 17, el novato Jaden Ivey se fue a 16, Saddiq Bey añadió 16 más 9 rebotes y Jalen Duren 11 y 12 capturas en los aros.
No fue una buena jornada para Hayes ante sus paisanos. Dio 8 asistencias. Pero tiró mal, con 2 de 13 en campo.
Tras el partido Chicago queda con 21-24 y Detroit con 12-36.