Segundo duelo esta temporada entre los dos finalistas de la pasada y victoria en la prórroga de Celtics sobre Warriors por 3 puntos (121-118) después de que Warriors ganara el pasado 10 de diciembre a los Celtics 123-107.
Boston suma ya 8 victorias consecutivas y se coloca con marca de 34-12, aumentando así la ventaja que tiene en el Este con el segundo clasificado.
Fue un partido de verdad, y eso en temporada regular ya es mucho decir. Warriors venía de firmar esta temporada auténticos esperpentos defensivos como visitante, pero hoy demostró que cuando se quiere se puede, o al menos se compite a muy buen nivel. Mejoró notablemente la defensa californiana y eso colocó al equipo en régimen de igualdad con unos Celtics que van de dulce por la competición.
Jayson Tatum presentó los números más espectaculares de la noche, pero con claroscuros. Es verdad que anotó 34 puntos, que capturó 19 rebotes, el mayor número de toda su carrera NBA, que dio 6 asistencias y que metió canastas importantes, pero no es menos cierto que terminó con 9 de 27 en el tiro de campo y que perdió 7 balones, algunos en momentos cruciales que llevaron a su equipo a tener que exprimirse a tope para ganar el encuentro.
El que sí estuvo impecable de principio a fin fue Al Horford, que hizo un gran primer cuarto aprovechando que Steve Kerr apostó por un quinteto inicial bajo con Draymond Green como única referencia interior frente a unos Celtics que partieron con el dominicano y Robert Williams III en su cinco inicial. Pero es que, más allá de ese gran primer cuarto, Horford hizo de todo. Defendió, metió 20 puntos, capturó 10 rebotes, lanzó bien a canasta y puso 3 tapones que no fueron 3 tapones, fueron 3 auténticos taponazos. En los 37 minutos que estuvo en pista el de Puerto Plata fue un ejemplo a seguir.
Boston contó además con 18 puntos y 3 robos de Marcus Smart, 16 y 9 rebotes de un Jaylen Brown que resucitó en la recta final del partido después de protagonizar una noche horrible, 14 y 11 rebotes de Robert Williams III, que tuvo momentos espléndidos, y 14 y 7 rebotes de Malcolm Brogdon, el único suplente que aportó en los Celtics.
Con los dos equipos en torno al 40% de acierto, desequilibró la contienda el rebote, una faceta en la que el equipo local fue muy superior al visitante, aunque en realidad el partido se decidió por matices, y lo ganó Boston a pesar de jugar rematadamente mal los últimos 38 segundos de la prórroga, 38 segundos en los que estuvo a punto de perder 8 puntos de ventaja.
En los Warriors, 29 puntos, 7 asistencias y 4 robos de Stephen Curry, que hizo un 9 de 25 en campo (6 de 18 en triples) y que nos deleitó con un triple sobre la bocina del descanso anotado desde su propia cancha, medido oficialmente como un tiro de 15,2 metros.
Hasta 4 visitantes metieron 20 o más puntos. Klay Thompson hizo 24 tras meter 20 en la primera mitad. Luego se apagó y las faltas le fueron limitando hasta ser eliminado en la prórroga, pero su trabajo defensivo también fue admirable, aplicándose muy bien sobre Jaylen Brown.
También aportaron en ataque Jordan Poole (24 puntos) y Andrew Wiggins (20 y 4 tapones, aunque mal en el tiro). Y luego estuvo un notabilísimo Draymond Green, autor de 11 puntos, 13 rebotes y 9 asistencias. Solo hizo 5 tiros en todo el partido.
Golden State dispuso de una rotación muy corta, apenas 8 jugadores, y su segunda unidad apenas aportó.
Fue un partido con alternativas y equilibrado, con una máxima de 10 puntos para Boston y una máxima de 11 para Golden State, que llegó en el tercer cuarto con un 74-85.
Boston remontó esa desventaja gracias a que apretó en defensa en el cuarto final, ahogando por momentos el ataque rival. Fue en esta recta final cuando Jaylen Brown resurgió tras terminar el tercer cuarto con solo 4 puntos y una serie de 1 de 9 en el tiro. Estaba siendo para él una noche para olvidar. Pero fue el propio Brown quien puso el 106-106 a 18 segundos del final, la canasta que envió el partido al tiempo extra.
Antes, Horford había metido un triple importante para de inmediato poner un taponazo a Jordan Poole, pero Tatum perdió la bola momentos después, tal y como había pasado un poco antes, cuando Horford colocó un tapón de quitar el hipo y Tatum regaló acto seguido un balón para la canasta de Poole.
Ya en la prórroga Boston cobró distancia hasta el 121-113 faltando 38,2 segundos, pero ni aún así pudo vivir tranquilamente el final. Un triple de DiVincenzo puso el 121-118 tras unos segundos finales del equipo local espantosos. Pero la sangre no llegó al río y los Celtics pudieron respirar tranquilos.