Poco le ha durado la alegría a Chicago Bulls. A la primera de cambio... ¡zas, en toda la boca!, en forma de inesperada derrota en casa ante los débiles Houston Rockets, un equipo cargado de futuro y carente de presente.
Chicago había encadenado 3 victorias seguidas en lo que parecía el inicio de una remontada que ha durado bien poco. Y es que defendiendo así no se puede ir a ninguna parte.
Poner como excusa la consabida baja de Lonzo Ball y las ausencias también de Alex Caruso, Javonte Green y Derrick Jones Jr. sería mirar muy a la corta los problemas de estos Bulls que están decepcionando sobremanera esta temporada sin que Billy Donovan encuentre tecla alguna para paliar una crisis que ya se está enquistando en el equipo.
Houston vivió de un partidazo de Kevin Porter Jr., autor de 36 puntos, 9 asistencias, 7 rebotes, un 14 de 22 en el tiro de campo y 6 triples anotados. Y de un excelente acompañamiento de Alperen Sengun (25 puntos, 11 rebotes, 6 asistencias y 10 de 12 en el tiro) y Jalen Green (24 puntos, 60% en campo y 6 triples). Estos 3 jóvenes hicieron descarrilar la endeble locomotora de los Bulls.
El español Usman Garuba jugó 10 minutos, para hacer 3 puntos y 3 rebotes, y volvió al juego el veterano Eric Gordon, que se había perdido los 5 partidos anteriores por lesión.
Rockets terminó con un 55,6% en el disparo de campo, metió 17 triples y trabajó mejor el rebote que su rival.
El partido ya empezó mal para Chicago, que encajó de inicio un 5-23. Pero recuperó el puso Bulls hasta adelantarse 62-61 con un triple de Zach LaVine e irse poco después al descanso ganando 65-64.
El segundo gran parcial en contra de Bulls llegó en el tercer cuarto. Fue un rotundo 1-17. Y de ese el equipo local ya no se recuperó igual.
Houston rompe así una mala racha, ya que venía de perder sus 5 partidos anteriores.
Chicago tuvo a DeRozan con 31 puntos y 9 asistencias (pasó a George Gervin en la lista de anotadores situándose en el puesto 44), a Zach LaVine con 22 puntos y a Coby White con 14.
Paupérrimo partido de Nikola Vucevic, que ya apuntaba a un mal desempeño cuando se le vio bostezando en plena interpretación del himno nacional. Noche para olvidar del montenegrino y, sobre todo, noche para olvidar de todo el equipo en defensa en otro desastre de los chicos de Donovan.