Maravilloso recibimiento del público de Utah Jazz y formidable partido ante su exequipo. La jornada estuvo cargada de emociones para Donovan Mitchell, que regresaba por primera vez a la que fue su casa durante sus primeros 5 años en la NBA.
Mitchell visitaba por primera vez Salt Lake City desde que fue traspasado para jugar esta temporada en Cleveland Cavaliers. El público le mostró su cariño, se proyectó un vídeo tributo repasando su trayectoria con Utah y todo fueron parabienes.
"Resultó ciertamente agradable. La acogida fue fenomenal y yo lo aprecio", señaló Mitchell tras un partido en el que, ya metidos en harina, no tuvo piedad alguna con su antiguo equipo, al que le hizo 46 puntos, 5 rebotes, 6 asistencias y 3 robos sin perder un solo balón, estando por encima del 50% en el tiro, presentando una atrevida serie de 7 de 18 desde el triple y un perfecto 11 de 11 en libres. Fue, sin duda, el hombre del partido.
El otro nombre propio de la noche fue el del local Jordan Clarkson, que lideró el triunfo de los suyos con 32 puntos, acompañado por los 25 puntos y 16 rebotes de Lauri Markkanen, que no tuvo su mejor día en el tiro ante su exequipo.
Mike Conley, Malik Beasley y Nickeil Alexander-Walker estuvieron en los dobles dígitos anotadores, pero presentaron un 3 de 17 desde el triple entre todos ellos.
Utah ganó por 116-114 arruinando la vuelta de Mitchell, al que de nada le valieron sus 46 puntos a la hora de lograr la victoria. Unos Jazz que estaban en una mala dinámica de resultados y a los que les vinieron bien los problemas que sufrieron Jarrett Allen e Isaac Okoro, que solo pudieron jugar 7 y 17 minutos al estar enfermos. Lo pasaron mal durante el partido, con náuseas y mareos, lo que llevó al cuerpo médico a decidir su exclusión del juego.
En el ataque, solo Darius Garland (21 puntos y 6 asistencias) acompañó a Mitchell, con Evan Mobley aportando 12 puntos, 7 rebotes y 4 tapones antes de ser eliminado por faltas.
Jazz (21-23) dominó rotundamente el rebote, pero perdió 15 balones por solo 5 su rival. Pero al final, por una exigua ventaja, se llevó el partido.