Inesperada victoria de Memphis Grizzlies en Phoenix (113-114), con Ja Morant silenciando a la afición local en el último segundo con un canastón y silenciando de paso a todos aquellos que se empeñan en decir que estos Grizzlies son mejores sin él.
Tremendo golpe de efecto el dado hoy por Memphis. Con Morant (33 puntos y canasta triunfal a 5 décimas de segundo del final) y Desmond Bane (32 puntos y 6 triples) mostrando sus mejores valores, y con Steven Adams (13 puntos, 16 rebotes y 7 asistencias) siendo la tercera pieza esencial del equipo.
Memphis había dominado el partido. Se había ido al descanso ganando 48-60 con 19 puntos de un entonadísimo Bane. Los Suns habían encallado en defensa, habían reboteado mal y se habían hundido desde el triple con un 3 de 14 al descanso. Y no mejoró la cosa en el tercer cuarto, que acabó 75-89 con Morant anotando 15 puntos y cargándose a su equipo a la espalda.
En la segunda parte los visitantes llegaron a tener 18 puntos de ventaja, pero en el último cuarto Phoenix sacó todo lo que tenía y todo lo que no tenía para anotar 38 puntos y luchar por la victoria a partir de una explosión desde el triple (7 anotados en el cuarto final), una faceta del juego que hasta entonces les había lastrado.
Pasó Suns de perder por 18 a solo ir cayendo por 2 a 32 segundos del final tras una canasta de Mikal Bridges, y Memphis parecía empeñado en no ganar.
Con 108-112 a su favor, los Grizzlies perdieron un balón tonto, permitieron acto seguido tres oportunidades al equipo rival hasta que Bridges anotó el 110-112 y concluyeron la siguiente jugada con un tiro horrible desde la esquina de Kyle Anderson que desde algunos ángulos parecía un airball y desde otros no.
Fue tal el despropósito de Memphis en el último minuto de juego... ¡que Phoenix se adelantó en el marcador quedando 5 segundos! Un triplazo frontal de Devin Booker puso el 113-112. Phoenix había remontado desde 18 puntos en contra a ponerse 1 a favor.
Pero entonces llegó Morant con toda su carga de talento. Sacó Bane de banda con 5 segundos por jugar, el balón llegó a Morant y el joven base fabricó una auténtica delicatessen, una verdadera delicia, un poema deportivo del más alto calibre. Ni Chris Paul. Ni Mikal Bridges. Ni Devin Booker. Nadie pudo parar su obra de arte. Penetró con fe, armó una bella jugada, hizo un rectificado en el aire y dio el triunfo a su equipo en el último segundo. Merece la pena verlo.
Sí, Memphis jugó de forma excelente y no paró de ganar partidos sin Morant, pero está claro que este equipo si quiere llegar lejos necesita a Morant. De todos modos, su marca actual, vista las circunstancias del equipo, parece increíble. Están los Grizzlies en un gran 21-14.
Memphis superó el 50% en el tiro de campo, dominó los tableros y fue capaz de ganar a pesar de perder 18 balones y de tener que jugar sin Dillon Brooks.
Phoenix perdió su segundo partido consecutivo en casa tras haber ganado antes 15 seguidos. Pesó sobre los Suns el fnal de su buena suerte con las lesiones y la Covid-19. Porque horas antes del partido cayeron de un plumazo en los protocolos Monty Williams, Deandre Ayton y Jae Crowder. Y bien que se notó.
De nada sirvieron los 30 puntos de Devin Booker, los 19 del titular Cam Johnson, que estuvo excelente en el último cuarto, o los 13 más 13 asistencias de un Chris Paul no demasiado atinado en el tiro.
Entre los suplentes, 15 puntos de Cameron Payne y la que fue la mejor noticia para los Suns: el rendimiento del joven Jalen Smith. Terminó con 15 puntos y 9 rebotes.
Ahora, Suns se queda con 26-7, dando un respiro en el liderato del Oeste a los Warriors.