Memphis Grizzlies y Los Angeles Lakers están ahora mismo en las antípodas. Los de Memphis presentan una férrea disciplina de equipo y un sobresaliente compromiso defensivo; los de L.A. siguen sin hallar unas claves grupales mínimas que les den prestancia como colectivo.
Ganó Memphis 108-95 sin Ja Morant y Dillon Brooks para sumar ya 6 victorias en sus últimos 7 partidos y situarse con marca de 15-11, por el 13-13 con el que queda Lakers.
Gran partido defensivo de los chicos de Taylor Jenkins, que batieron en el segundo cuarto del partido el récord de la franquicia con 9 robos de balón en un cuarto. Y fue esa una de las claves del partido... ¡los locales robaron 18 balones y los visitantes perdieron 22 que dieron lugar a 27 puntos del equipo rival!
Esta vez, el problema de Lakers no estuvo en su mala defensa, no, sino que más bien radicó en su incapacidad para armar un buen ataque, un problema en el que influyó el muy mal partido de Russell Westbrook (9 puntos, 7 asistencias y 6 pérdidas de balón).
Los Grizzlies terminaron el tercer cuarto ganando 85-78, ¡con 19 pérdidas de balón de Lakers en los primeros 36 minutos de partido! Y fue en el inicio del último cuarto cuando se fraguó la victoria local con un parcial de 9-2 que llevó el marcador hasta un claro 94-80 ante el cual Lakers ya no supo reaccionar en toda la recta final del encuentro.
En ese 9-2 crucial y a la postre tuvo un papel protagónico Desmond Bane, temporadón el suyo, pues metió 7 de los 9 puntos de su equipo.
Bane (23 puntos y 5 triples) y Jaren Jackson Jr. (25 puntos) fueron los motores de un equipo que tuvo a todos sus jugadores anotando puntos y defendiendo, con otro buen partido de Tyus Jones, buena noche de De'Anthony Melton y dominio del rebote de Steven Adams.
La segunda unidad de Memphis, que recuperó al lesionado Kyle Anderson, dio mucho más que la segunda unidad de Lakers, coincidiendo su presencia en pista con buenos minutos para los Grizzlies en el plano colectivo, una segunda unidad en la que en esta ocasión no estuvo el español Santi Aldama.
Nos acercamos ya a los 2 meses de competición y Lakers sigue sin dar señales de vida como equipo contendiente al título. Los de Vogel siguen sin ofrecer una identidad como equipo meses después de que desde los despachos se hiciera una purga salvaje y se decidiera desmembrar casi al completo la plantilla del pasado curso.
Lo más preocupante de Lakers ante Grizzlies, más allá de esas dolorosas 22 pérdidas de balón, estuvo en su incapacidad para reaccionar cuando le vinieron mal dadas al inicio del último cuarto, un cuarto final en el que los angelinos solo metieron 17 puntos.
De nada sirvieron ni los 22 puntos y 8 rebotes de un Anthony Davis incapaz de marcar la diferencia, ni el triple-doble de LeBron James (20 puntos, 10 rebotes, 11 asistencias y 4 robos), que no estuvo fino en el tiro lejano. Ambos se presentaron en el partido tocados físicamente. LeBron, por cierto, llega al centenar de triples-dobles en su carrera.
El resto del equipo poco o nada aportó en ataque, con Westbrook naufragando por inacción, algo impropio de su juego.
Estos Lakers no levantan cabeza y el tiempo corre en su contra.