Defendiendo y a la carrera. Así ha tumbado Sixers a Hawks. Apabullante victoria local ante un equipo visitante ciertamente decepcionante. Philadelphia se ha impuesto 122-94 para ponerse con balance de 4-2.
Sixers ha llegado a dominar por 33 puntos poco antes del final.
Algunas estadísticas lo dicen todo del partido. Los locales han anotado 34 puntos al contraataque. Su anotación en pintura, 60 por 36 del rival. Eso les ha permitido el lujo de ganar tras un muy mal oficio en el rebote. El aro de los Sixers ha sido campo abonado al rebote ofensivo.
Atlanta no ha tenido su día. Malos porcentajes de tiro y 19 balones perdidos. Defensa deficiente y muy poco ánimo a la hora de correr hacia atrás. Todo ello con un Trae Young menor (13 puntos, 10 asistencias y 5 de 16 de cara al aro).
Philadelphia ha tenido en Tobias Harris a su más completo jugador. Suyos fueron 22 puntos y 11 rebotes con buen acierto en el tiro. Joel Embiid estuvo muy bien en defensa. Pero en ataque no brilló como otras veces. Hizo 19 puntos. A ello se sumaron Maxey (16 puntos) y Curry (15). Y en la segunda unidad Thybulle y Milton.
Hawks empezó mal. Solo metió 15 puntos en el primer cuarto. Y siempre fue a remolque. Al descanso, 60-46. Al final del tercer cuarto, 20 puntos abajo. Todo el partido sin capacidad de reacción. Un equipo desconocido.
Cam Reddish fue su máximo anotador con 16 puntos. Pero McMillan solo le dio 20 minutos. Poco parece para el estado de forma en el que está.
Los del estado de Georgia tuvieron además a Bogdanovic con 13 puntos. Y un doble-doble de Capela. Aunque nunca pudo con Embiid. Terminó Capela con porcentajes de tiro impropios de él. Pero sobre todo notaron los Hawks la noche gris de John Collins. Hasta ahora estaba jugando como los ángeles. Hoy no fue así.