Dallas ejerció de equipo grande. Luka Doncic solo metió un punto en el último cuarto, pero no importó, porque sus compañeros tiraron del equipo en la ofensiva y supieron aguantar la presión de los Clippers en ese cuarto final.
Prueba de madurez de un equipo que quiere tomarse la revancha de su eliminación en la primera ronda de los playoffs de 2020 a manos del equipo angelino. Ha habido tiempo para estudiar muchas cosas y, visto el primer partido de la serie, el concienzudo Rick Carlisle las ha estudiado, por mucho que estos Clippers tengan muchas variaciones con respecto a los del curso pasado.
Antes de ese cuarto final con apagón anotador de Doncic, el esloveno había sido el gran faro del ataque de su equipo, un Doncic que barrió a su antojo el trabajo defensivo de Patrick Beverley, pero que en el cuarto final tuvo serios problemas para superar el muro defensivo que supuso un gran Rajon Rondo.
Eso sí, la gran estrella de Dallas terminó con un triple-doble: 31 puntos, 10 rebotes y 11 asistencias, contrastando su 8 de 14 en el tiro de campo de la primera parte con su 3 de 10 de la segunda, incluyendo un 0 de 5 en el cuarto final.
Lo bueno para Doncic, que metió 5 triples, es que tuvo compañeros que dieron un paso al frente. Tim Hardaway Jr., en gran forma, sumó 21 puntos y 5 triples, presentando buenos porcentajes de tiro, Dorian Finney-Smith se marcó un gran partido y acabó con 18 puntos y 4 de 5 desde el triple, Jalen Brunson, capital en la recta final, añadió 15 puntos en 21 minutos y el irregular Kristaps Porzingis sumó 14 puntos en 36, buena señal verle jugar tantos minutos. Además, buen trabajo de Maxi Kleber. Y en el lado negativo, decepcionante rendimiento de Josh Richardson.
Dallas defendió a muy buen nivel y llevó a Clippers a un pésimo porcentaje en el tiro de 3 (11 de 40 fue su serie), algo que tiene su mérito si se considera que Clippers es el equipo que mejor tiró de 3 en la recién finalizada temporada regular. Desde luego, este sábado no ha sido su día.
Los texanos combinaron esa buena labor defensiva con un ataque muy eficiente. El equipo terminó con un 50% en el tiro de campo y con una serie de 17 de 36 (47,2%) desde el triple. Y esa fue una clave del partido: el abismo que separó a ambos equipos en su desarrollo del tiro perimetral.
Clippers tuvo como gran virtud las escasas 5 pérdidas de balón que cometió a lo largo de los 48 minutos del juego.
Kawhi Leonard terminó con 26 puntos (solo 3 en el cuarto final), 10 rebotes, 5 asistencias y 4 robos, Paul George fue a más tras una muy mala primera mitad y sumó 23 puntos y los veteranos Rajon Rondo y Nicolas Batum funcionaron muy bien.
El hispano-congoleño Serge Ibaka tuvo pocos minutos, 13, pero rindió a un gran nivel (8 puntos, 4 rebotes y 2 tapones), no entraron en la rotación Mann, Kennard y Cousins, y Marcus Morris tuvo un mal día en la ofensiva.
El partido se movió siempre en ventajas y desventajas exiguas. Dallas empezó el encuentro adquiriendo 12 puntos de ventaja (10-22) merced al arranque positivo de Doncic y Porzingis, Clippers fue tomando poco a poco el pulso al partido, pero encajó un 0-11 al inicio del segundo cuarto que le obligó a un pequeño esfuerzo, y el partido se balanceó hacia uno y otro lado hasta el 55-60 con el que se llegó al descanso tras un final de cuarto con pacial de 2-11 para Dallas.
El tercer cuarto supuso un punto más de exigencia defensiva, Beverley no podía con Doncic pero ayudaba a los suyos en ataque, Kawhi hizo un mate brutal que dejó por los suelos a Kleber y Josh Richardson anotó sobre la bocina del cuarto para el 80-86, con Doncic ya en 30 puntos.
El último cuarto mantuvo la igualdad hasta casi el final. Marcador de 100-100 con algo más de 3 minutos por jugar. Desde ese momento, 3-13 para Dallas, ejemplo de solvencia en la recta final. Capital Jalen Brunson en el último cuarto. Primero con dos jugadas de 2+1 y en los últimos 38 segundos con 4 libres sin fallo. De nada sirvió a la postre el despertar de Paul George en la segunda parte. Y es que, todo hay que decirlo, el juego de Clippers en los 3 minutos finales resultó muy decepcionante, muy alejado de un equipo que aspira a todo.