Boston Celtics recuperó el aire a partir de la mejora de su juego y de reencontrarse con la mejor versión de Kemba Walker, al menos con la mejor versión de Kemba en la presente temporada. Un gusto ver jugar así a un jugador que parecía condenado a no recuperar su identidad por culpa del físico.
Kemba Walker lideró el triunfo local ante Hawks (121-109) con 28 puntos, su mejor marca de la temporada, tras exhibir su mejor prestancia física del curso en la primera mitad. Le acompañó Jayson Tatum con 25.
Estupenda la primera parte de Walker (20 puntos con un dinamismo en el juego que parecía haber olvidado). Da la impresión, viendo sus evoluciones ante Hawks, que su cuerpo empieza a responderle, y esa es la mejor de las noticias para unos Celtics que venían de sufrir un par de derrotas dolorosas ante rivales sin entidad.
Ante Atlanta, Boston desplegó muy buenos minutos. Ya en el primer cuarto, Daniel Theis le puso un señor tapón a John Collins y Robert Williams III, muy buen partido el suyo, daba un salto interestelar de quitar el hipo. Ya en ese primer cuarto Boston ofreció una jugada que fue toda una declaración de intenciones: rebote defensivo de Theis, pase rápido a Kemba Walker y este de inmediato desde su campo le da una asistencia al aro contrario a Jaylen Brown para que anote tomando la bola en salto. Un suspiro y una canasta de aro a aro. Maravillosa jugada. Baloncesto en estado de gracia. Acción fulminante, eléctrica.
El primer cuarto terminó 33-22. Con los Celtics desplegando una ofensiva de buen gusto. Con un 59,1% de acierto en el tiro, asistiendo 10 de sus 13 canastas... y además defendiendo. No parecían los Celtics de los últimos partidos, desde luego.
Atlanta, mientras, renqueba. Mala imagen. Mala defensa, problema endémico del equipo, poca química en la pista y muchos jugadores de peso tirando horriblemente.
Y Boston empezó a abrir hueco en el segundo cuarto hasta destrozar a los Hawks con un pavoroso parcial de 20-3 que dejó el marcador en 62-37 a 1:23 del descanso. Con Kemba entrando en erupción en ese parcial al meter los 9 puntos finales a partir de 3 jugadas de 3 puntos: un par de triples y un 2+1. Encendido Walker.
Al descanso, 66-41. Walker en 20 puntos, Tatum en 12, un gran Robert Williams III en 10 sin fallo (2 recuperaciones y 3 tapones), un Tristan Thompson a una altura cercana al jugador que fichó Boston... Los Celtics habían puesto 8 tapones, rozaban el 60% de acierto en el tiro, estaban lanzando bien de 3, habían dejado al rival en 3 de 15 desde más allá del arco...
Atlanta Hawks era un solar. Con 10 pérdidas, sin defensa y con John Collins, Kevin Huerter y Cam Reddish totalizando una serie de 1 de 19 en el tiro. Sí, ¡1 de 19!
El equipo de Brad Stevens alcanzó su máxima ventaja mediado el tercer cuarto (87-60), alcanzando el final del cuarto con 25 puntos de colchón: 98-73.
Luego, llegado el cuarto final, Boston se durmió en los laureles mientras su rival encendía el botón rojo de alarma máxima en busca de un resultado digno. Y esa dualidad derivó en que los visitantes se llegaran a poner a 9 puntos (108-99 con 5 minutos por jugar), pero la sangre no llegó al río, Boston controló la situación y terminó ganando 121-109.
Kemba terminó con 28 puntos, 5 rebotes, 6 asistencias y 3 robos. Además, 25 tantos, 8 rebotes y 6 asistencias de Tatum, cuando Tatum funciona el equipo es otro, 17 puntos de Brown, otros 17 de Thompson y 14 más 8 rebotes y 3 tapones de Theis.
Trae Young fue el máximo anotador de Hawks. Terminó con 31 puntos y 11 asistencias. Además, 24 puntos, 15 rebotes y 4 tapones de Clint Capela. Nadie más aportó lo suficiente para ser digno de mención en el equipo dirigido de nuevo por Nate McMillan, ausente Lloyd Pierce.
Mención especial merece el cuarteto Collins-Reddish-Huerter-Gallinari en materia ofensiva. Entre todos ellos, 10 de 47 en el tiro. Así es difícil ganar.