Mal partido de los Clippers. El equipo angelino sufrió para doblegar a un equipo capitidisminuido. Los Pelicans se presentaron en el partido sin tres de sus titulares. No jugaron Lonzo Ball, Eric Bledsoe y Zion Williamson.
A pesar de ello, a los locales les costó dios y ayuda llevarse el partido. Ganaron 111-106, pero no convencieron. Eso sí, la temporada de los Clippers sigue transitando por la buena senda. Ya están con 8-4. Nada que ver con el decepcionante 4-6 de los Pelicans.
Kawhi Leonard y Paul George volvieron a salvar al equipo angelino. Kahwi anotó 12 puntos en el decisivo cuarto final. Sus cifras a la conclusión: 28 puntos y 9 asistencias. George concluyó con 27 tantos y metió 5 triples.
Los demás anotadores del equipo estuvieron lejos. Serge Ibaka fue el tercero con 12 puntos. El español puso 2 tapones. Jugó 26 minutos. Y solo Patrick Beverley se sumó a ese club de las dobles figuras encestadoras en el equipo californiano.
Lou Williams volvió a ser un jugador mediocre. Y Luke Kennard se va a apagando tras su gran acuerdo contractual.
Lo más llamativo del partido estuvo en la actuación de Nick Alexander-Walker. Brutal. Impensable. A contrapelo. ¡Terminó con 37 puntos, 8 rebotes y 5 triples! Mantuvo a los suyos en el partido. Acertó en el último cuarto hasta que llegó la recta final. En ese momento tan delicado ya no le entraron los tiros lejanos. Pero antes había ofrecido una actuación antológica. Una jornada para enmarcar en su carrera profesional.
Brandon Ingram se mantuvo en un segundo plano. No dio el paso esperado. Se quedó en 22 puntos.
Y el español Willy Hernangómez no jugó. Como cabía esperar.
Un 2+1 inverosímil de Paul George puso el 100-89 en el marcador. Quedaban menos de 5 minutos para el final. Inverosímil porque la canasta fue circense. Con el balón tocando la parte superior del tablero. Con ese +11 parecía que todo empezaba a decantarse del lado local. Pero Alexander-Walker aún no se había rendido. Puso el 102-96 con un triple. Otra vez había partido.
Esa impresión de igualdad duró poco. El tiempo que tardó George en meter un triple y Patrick Beverley en robar un balón. Beverley asistió para el mate de Ibaka. Y los Clippers se pusieron 110-98. Otra vez todo parecía decidido.
Entonces, J.J. Redick volvió a su yo más personal e hizo una jugada de 3+1. Marcador, 110-102. Restaban 1:42 para el final. Parecía haber otra vez partido. Más aún cuando los Pelicans se pusieron 110-104.
Fue entonces, con el 110-104, cuando Clippers sacó su más acabada versión. La más perfeccionada. Esa versión súper del equipo que no siempre deja ver. Ahí mostró su potencial real. Defendió para no verse en apuros. Y esa defensa fue ejemplar. Maravilloso ejercicio de contención. Negándole el tiro en todo momento a Ingram. Ahogando el ataque de Pelicans. Espectacular defensa, sí. Y ahí se acabó el partido.