Boston Celtics ha salvado el primer match ball ante Miami Heat gracias a un gran tercer cuarto, el liderazgo de los Jays, el muy buen partido de Daniel Theis, una notable defensa sobre el triple, el dominio del rebote y un mucho mejor control del balón que en el cuarto partido.
Victoria por 121-108 para acortar hasta el 3-2 y mantenerse vivos en la temporada. Todo en un partido que Miami Heat dominó en la primera parte, pero que viró de forma radical en la segunda, con Boston pasando de dominado a dominador tras meter 41 puntos en el tercer cuarto.
Jayson Tatum y Jaylen Brown fueron los líderes que la afición de Celtics exigía. No fallaron. El primero sumó 31 puntos, 10 rebotes y 6 asistencias, fue 14 veces al tiro libre y, lo que resultó trascendental, anotó 17 puntos en el crucial tercer cuarto, el momento en el que el partido viró en beneficio de Boston. El segundo acabó con 28 puntos y 8 rebotes, estuvo por encima del 50% de acierto en el tiro de campo y enchufó 4 triples.
Además, gran actuación del alemán Theis con 15 tantos, 13 rebotes y 3 tapones.
Boston tuvo a todo su quinteto en dobles dígitos anotadores. Kemba Walker volvió a quedarse corto (15 tantos y 7 asistencias) y Marcus Smart ofreció una actuación completa tomando menos tiros (12 puntos, 8 rebotes, 8 asistencias y 4 robos).
Destacar también que Enes Kanter entró en la rotación esta vez en detrimento de Robert Williams, y lo hizo contribuyendo al equipo con una muy buena primera parte en materia ofensiva y en el rebote.
Otro que aportó desde la segunda unidad fue el alero Gordon Hayward. Eso sí, sin moverse en grandes números.
En Miami, 23 puntos de Goran Dragic (18 en la segunda parte), 20 de Duncan Robinson (solo 3 tras el descanso) y 17 más 8 rebotes y 8 asistencias de Jimmy Butler, que solo lanzó 11 veces. Bam Adebayo no exhibió todas sus condiciones, se le ve afectado por los problemas que arrastra en un hombro, pero sumó 13 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias.
Además, 14 puntos de Jae Crowder, con 0 de 6 desde el triple, y otros 14 de Tyler Herro, que se convierte en el novato suplente con más puntos en playoff en los últimos 30 años.
En el terreno colectivo, los Celtics dejaron al rival en un 19,4% desde el triple (horrible 7 de 36), dominaron el rebote capturando 13 ofensivos y controlaron las pérdidas de balón. Nada de perder 19 balones, que fueron los que extraviaron en el anterior compromiso.
Los Celtics tardaron en meterse en situación. Su arranque de partido fue realmente lamentable. A los 7 minutos de juego el marcador era 5-17, con Boston en 1 de 12 en el tiro y ya con 4 pérdidas de balón.
Poco después, con 15-24 en el marcador, Duncan Robinson ya llevaba 12 puntos, y no precisamente a partir de 4 triples. Muy al contrario, el rookie había conseguido ya 4 puntos en penetraciones. Parecía que si no era un novato era otro al que le tocaba machacar a los verdes.
El 18-26 del primer cuarto era altamente preocupante para las huestes de Brad Stevens, toda vez que Boston estaba en un paupérrimo 25% en el tiro de campo.
El segundo acto implicó una mejora de Boston, aunque insuficiente. Tatum anotaba su primera canasta en juego al inicio del cuarto, Robinson volvía a anotar desde la pintura, Solomon Hill y Kelly Olynyk compartían pista por primera vez en la serie, Enes Kanter recuperaba privilegios en la rotación en detrimento de Robert Williams y los balones divididos caían una y otra vez en manos de Miami.
Heat volvía a ponerse 12 arriba (28-40). Por entonces, entre Tatum, Brown, Smart y Kemba sumaban una serie de 5 de 21 en el tiro. Las cosas marchaban mal en Boston.
Kanter hizo daño en la pintura, Jae Crowder fallaba triples liberados, y los siguió errando toda la noche, y Boston empezó a meterse poco a poco en la contienda hasta recortar a 4 la desventaja, pero poco más.
Al descanso, 51-58 con Boston elevando sus porcentajes y con Miami teniendo a Duncan Robinson (17 puntos) y Jimmy Butler (14 con 8 rebotes y 5 asistencias) como líderes en pista.
El tercer cuarto resultó crucial. Parcial de 41-25 para Boston. Sí, 41 puntos anotados ante la reputada defensa de Miami, que esta vez flaqueó.
Una canasta de Jaylen Brown puso por delante por primera vez en el partido a Boston (62-60). Y el festival de los célticos prosiguió hasta un parcial de 20-5 para ponerse 71-63 tras un triple de Tatum. Miami no solo se hacía frágil atrás, sino sobre todo era incapaz de abordar la fantástica defensa de Boston. ¡En los primeros 6 minutos y medio de cuarto, 5 puntos en el haber de Heat.
Jugándose el tercer cuarto, tapón de Theis a Herro, triple de Kemba Walker y cuarta falta de Jimmy Butler. Todo en un abrir y cerrar de ojos. Las circunstancias favorecían cada vez más a unos Celtics desatados que llegaron a ponerse con 14 puntos de ventaja (92-78) tras otra canasta de Tatum, que firmó 17 puntos en este cuarto, un cuarto en el que el esloveno Dragic sostuvo como pudo a su equipo, un equipo que estuvo desastroso desde la línea de 3 durante todo el encuentro, terminando el partido con 4 de 24 el trío formado por Robinson, Crowder y el propio Dragic y con 7 de 36 el equipo al completo.
Llegado el último acto, Boston se conjuró para no llegar al final con un marcador apretado. Cada vez que ha pasado algo así, ha ganado Miami. No sucedió en esta ocasión. Boston alcanzó los 16 de diferencia (107-91) a 6:34 del final con una canasta de Hayward. Y a partir de ahí no hubo emoción.
Buen control de juego de los Celtics en la recta final hasta alcanzar una renta máxima de 19 puntos (117-98) tras un 2+1 de otra vez el recurrente Tatum. Antes, Brown había hecho un canastón bailando bajo el aro. El partido estaba más que decidido. Brad Stevens y los suyos podían respirar. Los Celtics habían salvado una situación complicada en un partido que pasaron de ir perdiendo por 12 en el segundo cuarto a ir ganando por 19 en el último. Todo un cambio de dirección basado en la defensa y en un ataque lleno de lucidez bajo el poder de los Jays.
Las Finales del Este están vivas, aunque la victoria final de Boston Celtics sigue pareciendo un milagro si el equipo bostoniano no es capaz de jugar bien los finales apretados. Porque no todos los días va a gozar de finales dados a la relajación.