Una serie absorbente que se decidió por detalles, por pequeñas cosas, por añadidos o restas de última hora, por golpes de calidad en los momentos críticos. Boston Celtics dejó fuera a los vigentes campeones y jugará la final del Este ante Miami Heat.
Casi nunca los séptimos partidos deparan espectáculo. Un séptimo partido de un playoff es otra cosa. Aquí cuentan más que nunca los intangibles, el fondo físico, la cabeza, el saber hallar los límites. Y Boston los halló al final en un partido a cara o cruz que fue extenuante, y en el que, como suele pasar en estos casos, las defensas pudieron con los ataques.
El resultado, 87-92, habla bien a las claras de qué tipo de partido estamos hablando, de esos en los que cuesta dios y ayuda meter una canasta, de esos en los que todos los jugadores bajan el culo hasta el final.
Entre todas esas variantes, en ese universo de presión extrema, sobresalió Jayson Tatum. Sin desmerecer para nada los vitales partidos de Jaylen Brown y Marcus Smart. Y en esa misma atmósfera claustrofóbica se ahogó Pascal Siakam, que volvió a ser el líder incompleto de un gran equipo.
Ganaron los Celtics. Y menos mal para ellos. Porque si hubieran perdido se habrían quedado para siempre con la imagen letal del triple que Anunoby les endosó sobre la bocina en el tercer partido. Ahora, ese triple pierde peso en la memoria, quedará como una simple falla que no resultó crucial.
A Toronto le mató la relación entre balones robados y perdidos. La suya fue horrorosa, de 1 a 18; la de Boston fue estupenda, 12-10. Esas muchas pérdidas generaron demasiados puntos del rival, muchos al contraataque. Al final, fue un agujero de notables proporciones en el juego de Raptors.
Venció Boston con 29 puntos, 12 rebotes y 7 asistencias de Tatum, un tipo llamado a los más altos retos, pura calidad, pura versatilidad, pura capacidad de transformación en los dos lados de la cancha. Es cierto que erró tiros imporantes, pero no es menos cierto que fue el líder que un equipo pide en momentos así.
Jaylen Brown, otro que está llamado a comerse las pistas, logró 21 puntos, 8 rebotes y 4 robos. Y Marcus Smart, intensidad plena, ¡qué playoffs está haciendo!, aportó 16 tantos y 6 asistencias.
Estos 3 jugadores fueron cruciales al final. Smart con un tapón estruendoso sobre Norman Powell; Tatum con un rebote ofensivo que dio la vida a su equipo tras dos libres fallados por Grant Williams; Brown con una defensa espectacular sobre Fred VanVleet cuando Toronto buscaba la prórroga.
Con 87-89, Grant Williams tuvo 2 libres para definir. Restaban 35,4 segundos. Falló los dos de un modo rotundo, pero apareció Tatum para atrapar el rebote ofensivo y dejar a medio camino las opciones de Raptors. Luego, metió 1 de sus 2 libres para el 87-90.
Fue la oportunidad de Toronto para forzar la prórroga. El equipo estaba sin Kyle Lowry, eliminado por faltas poco antes, y eso era un serio contratiempo, ya que Lowry, el verdadero líder de estos Raptors, había sido el que había tomado las riendas de los suyos en la recta final.
El balón fue para VanVleet. Siakam ni estaba ni se le esperaba. Rondó el fuera-adentro en el triple VanVleet con la marca espectacular de Jaylen Brown. Para cuando cambió la asignación, el jugador de Raptors, máximo anotador de los suyos con 20 puntos, buscó un triple forzado, con poco tiempo, agotado por la defensa de Brown, y Grant Williams taponó el tiro, resarciéndose así de los dos libres errados anteriormente y sacando provecho del trabajo de su compañero.
Luego, Kemba Walker cerró el partido desde la línea de castigo. No tuvo Kemba un día feliz en lo individual. Otra vez le mató la defensa planteada por Nurse sobre él. Esa caja de cuatro en zona y VanVleet o Powell en individual sobre su persona le fue minando. Terminó con 14 puntos, pero con 5 de 16 en el tiro y 1 de 7 en el triple. Eso sí, 8 de esos 14 puntos llegaron en el cuarto final.
Otro punto débil de Boston fue su suplencia. Apenas 7 puntos por los 28 de la segunda unidad de Toronto, en la que brilló Serge Ibaka con 14 puntos y 8 rebotes en 20 minutos. Lástima que no jugara más. La verdad es que bien podía haber estado en pista en los minutos cruciales, visto el pobre rendimiento de Siakam.
Apostó de nuevo Nurse por terminar el partido con un quinteto bajo. Con Powell en él, con Siakam como única referencia 'interior'. Mientras, Brad Stevens puso en los minutos importantes a Grant Williams porque Daniel Theis tenía 5 faltas. Salió el alemán de forma efímera, porque en 11 segundos cometió la sexta, volviendo Williams al juego.
El partido llegó con el máximo equilibrio al final del tercer cuarto. Un 71-72 para Boston. Las defensas mandaban, como lo habían hecho en la primera parte, que acabó con 46-50 y un régimen de igualdad extremo entre ambos equipos en materia estadística: 43,6% de Raptors en tiro de campo por 43,8 de Celtics, 23 rebotes cada equipo, 11 asistencias las dos escuadras, 5 triples anotados por bando... Ya entonces el único desequilibrio radicaba en las 10 pérdidas de balón de Toronto, y ese capítulo del juego terminó por enterrar a los canadienses.
Ya en el útimo cuarto, Boston llegó a ponerse con 10 de ventaja (78-88). Todo apuntaba a un desenlace a su favor, pero de nuevo se cruzaron fantasmas por la pista que pudieron derivar en tragedia verde. Al final, no fue así.
Se acabó la defensa del título para Ibaka y para Marc Gasol, que hoy jugó 19 minutos para 6 puntos, 5 rebotes, 3 asistencias y 2 tapones. Ha estado lejos el catalán de su mejor versión, muy lejos.
Ahora Boston ya ha de pensar en Miami. Puede ser una final del Este muy pero que muy interesante. Son dos equipos-equipos, de esos que saben jugar al baloncesto y defienden duro. Ganas de que empiece ya.