Crisis deportiva de primer orden en los Sixers, que este domingo han recibido una barrida histórica por parte de unos sólidos Celtics. Boston ha ganado 106-110 bajo el liderazgo de Kemba Walker y Jayson Tatum para terminar la serie 4-0, algo que jamás había ocurrido entre ambos equipos.
Celtics y Sixers protagonizan décadas de rivalidad en las que se habián enfrentado 15 veces en playoffs y ninguno de los dos equipos había ganado jamás tan rotundamente.
Boston pasa así sin despeinarse a la segunda ronda, habiendo pagado en esta primera un único peaje, el haber perdido por lesión a Gordon Hayward. Los Sixers, mientras, entran en una deriva preocupante.
El partido estuvo marcado por el tremendo golpe sufrido por Tobias Harris en el tercer cuarto, tanto por el golpe en sí como por lo que supuso esa jugada para el partido.
Harris cayó desequilibrado a plomo sobre la pista golpeándose violentamente la cabeza. De inmediato se encendieron todas las alarmas, ya que el jugador quedó tendido boca abajo inmóvil con un reguero de sangre a su lado. Los médicos acudieron a él rápidamente y en el pabellón se hizo un silencio sepulcral, con gestos de evidente preocupación.
Al final, todo quedó en un susto. Harris se fue a vestuarios, allí le atendieron de una importante laceración en el ojo izquierdo y comprobaron que no presentaba síntomas de conmoción cerebral, por lo que el jugador pudo regresar en el último cuarto al partido de forma milagrosa con una parte del rostro vendado.
Hasta aquí todo el relato feliz para Sixers. El infeliz vino a raíz de esa jugada. En ese momento restaban 2:40 para el final del tercer cuarto y Boston ganaba por un apretado 77-80. Había partido. A partir de la caída y retirada de Harris, parcial de 9-0 para Boston (12-0 si se cuenta el parcial un poco antes del incidente) y golpe al partido al cerrar el cuarto con un claro 77-89 para Celtics tras un maravilloso triplazo de Tatum.
Lo que vino después fue la puntilla para unos desnortados Sixers. El equipo se había descentrado definitivamente con el triste incidente sufrido por Harris, incluso en un contraataque de 3 contra 1 perdió el balón de forma lamentable, los Celtics crecieron y tomaron una ventaja de 17 puntos, que se vio reducida a 12 cuando Harris retomó el partido a 5 minutos del final. Pero a pesar del 106-110 definitivo, Sixers nunca tuvo opciones reales de victoria tras la escapada de Boston en el marcador.
Es más, el último minuto del partido fue un compendio de rarezas impropias de la concentración que requiere un playoff. Más allá de la actitud excesivamente conservadora, pero comprensible, de Brad Stevens pidiendo una revisión arbitral con 42 segundos por jugar y 10 puntos de ventaja, los Sixers se despidieron de la temporada con un auténtico catálogo de despropósitos en ese minuto final.
Para empezar, con un marcador cargado de urgencias a las espaldas, Joel Embiid subió la bola botando en vez de hacer un pase rápido. Segundos importantes perdidos. Después, cuando Sixers precisaba hacer una falta inmediata, el equipo tardó 3 segundos en cometerla. Más segundos tirados a la basura. Y para acabar el prácticamente defenestrado Brett Brown pidió un tiempo muerto faltando escasos segundos cuando su equipo perdía por 7 puntos, como si deteniendo el tiempo pudiera impedir que acabara el partido y pudiera llegar su despido.
Más allá de ese final tan ausente de criterio por parte de Sixers, Celtics no tuvo esta vez la holgura de otros partidos.
Lo mejor para Celtics fue comprobar cómo Kemba Walker sigue creciendo, algo esencial si el equipo, ausente Hayward, quiere llegar lejos en estos playoffs.
Kemba metió 20 puntos en la primera parte y terminó el encuentro con 32 puntos y 4 triples. Mientras, Tatum sigue a lo suyo, enorme su postemporada. Esta vez, 28 puntos y 15 rebotes -su récord reboteador en playoffs-.
Además, 16 puntos de Jaylen Brown y 15 de Daniel Theis, que tuvo un problema nada más empezar el partido que a la postre acabó en nada.
Los Sixers, que solo sumaron 12 asistencias, tuvieron a Embiid en 30 puntos y 10 rebotes, aunque casi todas sus cifras llegaron en el infructuoso intento de darle la vuelta al marcador en el cuarto final. Antes, no brilló como otras veces.
Tobias Harris hizo 20 puntos, y cuando sufrió la terrible caída que marcó el partido ya llevaba 16, siendo entonces el máximo anotador de su equipo.
En cuanto al dominicano Al Horford, uno de los jugadores que está más en entredicho junto al propio Tobias, acabó con un doble-doble (12 puntos y 10 rebotes) tras estar en pista 36 minutos.
Es cierto que esta vez hubo más jugadores involucrados en el ataque de Sixers, pero es igualmente cierto que ese mayor carácter grupal tampoco sirvió para ganar, dando los de Filadelfia una imagen pésima a lo largo de la serie.
Ahora, Celtics ya piensa en su siguiente rival, mientras que Sixers se mete de lleno en una crisis de impredecibles consecuencias con el entrenador, Brett Brown, y el general manager, Elton Brand, en la picota.