El propietario mayoritario de los Lakers de Los Ángeles durante más de 30 años, Jerry Buss, ha fallecido hoy a los 79 años de edad tras no poder superar el cáncer contra el que batallaba desde hace tiempo. Una triste noticia para la NBA y especialmente para la franquicia, que no pasa por buenos momentos en lo deportivo.
Jerry Buss había sido ingresado hace unos días en la unidad de cuidados intensivos del centro médico Cedars-Sinai de Los Ángeles tras empeorar notablemente su estado de salud. Padecía desde hace meses un cáncer –aunque no se había hecho público- y se temía que en los próximos días se produjera un fatal desenlace dada la fase avanzada e irreversible en que se encontraba su enfermedad, desenlace que finalmente ha tenido lugar esta mañana.
Nacido en Salt Lake City (Utah) en el seno de una familia modesta y en medio de la Gran Depresión -en 1934, según unas fuentes, y en 1933, según otras-, el doctor Buss, como era conocido por muchos por su condición de doctor en Química Física, era un claro ejemplo de eso que algunos llaman ‘el sueño americano’ o el hombre hecho a sí mismo.
Consiguió ingresar en la Universidad de Wyoming gracias a una beca y a mediados de los 50, con su ya por entonces esposa JoAnn Mueller, con la que tendría 4 hijos, se trasladó al sur de California para doctorarse en química en la USC.
Trabajó inicialmente en la industria aeroespacial, pero pocos años después decidió invertir sus ahorros en el mercado inmobiliario, en el que terminaría amasando una fortuna multimillonaria que le permitió en 1979, junto a varios socios, hacerse con la propiedad de los Lakers en la NBA, poseía el 66% de sus acciones, de los Kings de la NHL y del Forum de Inglewood, en el que ambos conjuntos disputaban sus encuentros por aquel entonces.
Ni el equipo californiano, ni la NBA pasaban entonces por sus mejores momentos, pero la presencia de Kareem Abdul-Jabbar y la llegada de Magic Johnson tras el draft de 1979, permitieron a los Lakers construir un equipo ganador y una rivalidad inolvidable con los Boston Celtics que sirvieron de punto de partida para el éxito de la liga en las décadas posteriores. Su contribución le hizo merecedor de un puesto en el Salón de la Fama, en el que ingresó en 2010.
En los últimos años, debido a su salud debilitada, se había apartado del día a día de la franquicia, dejando la dirección de la misma en manos de su hijo Jim. Su muerte pone fin a toda una época en los Lakers y en la NBA.