El mítico pívot de Boston Celtics Robert Parish no está, a sus 59 años, en un buen momento. El ex jugador reconoce que necesita dinero y que busca un trabajo en la NBA, una liga en la que no parece haber dejado muchos amigos, a juzgar por sus propias palabras.
El ex jugador, miembro del Salón de la Fama y elegido en 1996 como uno de los 50 jugadores más importantes de la historia de la NBA, ha concedido una larga entrevista al diario Boston Globe, firmada por Stan Grossfeld, en la que habla de sus problemas y de su actual situación.
Parish ganó casi 24 millones de dólares a lo largo de su larguísima carrera, 21 años, en la NBA, pero de ese dinero apenas queda nada tras haber sido “demasiado generoso” con la familia, amigos y parejas, algo de lo que, en cualquier caso, no se arrepiente y asume toda la culpa. Sus problemas financieros le han llevado en los últimos años a subastar, entre otras cosas, sus 4 anillos de campeón con los Celtics. “La verdad es que nunca los miraba”, asegura.
Ahora, reconoce que necesita dinero y busca un trabajo en la NBA. “Entrenador, asistente, directivo o en televisión estaría bien”, dice, aunque reconoce que su preferencia es entrenar, algo para lo que dice sentirse plenamente preparado.
Sin amigos entre sus ex compañeros
El 00 de los míticos Celtics de los 80 asegura que no tiene amigos en la liga y reprocha a algunos de sus ex compañeros en aquel inolvidable equipo el que ni siquiera le devuelvan las llamadas. Es el caso de Kevin McHale y Larry Bird, aunque la versión de estos, recogida por el Globe, difiere notablemente de la suya.
Incluso no duda en calificar a Danny Ainge, también compañero en aquel equipo y actual general manager de los Celtics, como “egoísta” desde sus tiempos como jugador. Eso sí, dice no estar enfadado con ellos. Parish reconoce que nunca tuvo amistad con el resto de estrellas de aquel equipo: “Teníamos compañerismo en el equipo debido a nuestro éxito en la pista. Pero fuera de ella, no hacíamos nada juntos”.
El que fuera conocido como ‘The Chief’ sólo tiene buenas palabras a lo largo de la entrevista para Bill Walton, al que considera “la persona más honesta con la que me he encontrado, aparte de mis padres” y que asegura que ya le avisó de que “la mayor parte de los equipos no te van a llamar, no es personal, es protocolo. No te lo tomes como algo personal, ni te sientas insultado. Simplemente, las cosas son así”.
Eso sí, de quien no tiene queja es de los aficionados, ni de los Celtics como franquicia. “Boston me trató excepcionalmente bien. No tengo quejas de los aficionados ni de la organización de los Celtics. Espero que sólo haya cariño por ambas partes. Por mi parte, no hay otra cosa”, se despide, con la esperanza, imaginamos, de que alguna franquicia decida ofrecerle el trabajo en los banquillos que tanto desea, algo que no se antoja fácil.