Paul Pierce tiene ya 35 años y nada le debería sorprender. Por eso, tiene muy claro que no puede hacer nada en el caso de que su equipo de toda la vida decida traspasarle. Pero lo que tiene aún más claro es que su deseo está con ese equipo, con la camiseta que defiende desde hace 15 años.
Se puede decir más alto, pero no más claro. Hoy, poco antes de empezar el entrenamiento, Pierce ha hablado: "Quiero retirarme como Celtic. Ha sido mi objetivo desde siempre. Pero está fuera de mi control".
El alero californiano ha añadido que "la organización toma sus decisiones. Pero es algo que deseo desde que llegué aquí". Y es que su corazón y su cabeza son plenamente célticos. Porque no hay que olvidar que Pierce ha estado en Boston desde mucho antes que el original 'big three' diera la oportunidad a la franquicia de reverdecer viejos laureles. Pierce ya era la gran figura del equipo en los tiempos que formaba dúo estelar con Antoine Walker. Y ya ha llovido.
Tanto como 15 años y 1.069 encuentros de temporada regular. Toda una trayectoria.
Pierce ha salido así hoy al paso de tanto rumor. El jugador está un día sí y otro también en los medios de comunicación. Un día tiene un pie en Memphis y al siguiente el otro pie anda por Toronto, que si ahora Indiana, que si luego Lakers... un continuo deambular mediático, porque la rumorología alcanzado casi el mes de febrero nunca se detiene, más aún a menos de un mes del 'deadline'.
Mientras tanto, el jugador hace lo que sabe hacer, que no es otra cosa que jugar al baloncesto. Y es que a sus 35 años, Pierce no pierde comba y promedia en la presente campaña 18,7 puntos, 5,9 rebotes y 4 asistencias. No está nada mal.