Toronto va como un tiro. Ha ganado 6 de sus últimos 8 partidos. De la mano de Calderón, Bargnani y Barbosa, derrotaron a unos Thunder sin Durant. Mientras, Marc Gasol se marcó un partidazo que no sirvió para nada, porque los Rockets endosaron a Memphis una serie de 16 de 23 triples.
Colosal producción perimetral del equipo de Scola, que estuvo bien a secas, limitado por las faltas, como limitado a sus 12 minutos habituales estuvo el juego de Greivis Vásquez en el conjunto local.
Pero para limitados los Trail Blazers. Con un juego más que rácano, el equipo de McMillan perdió en Washington tras anotar 79 puntos. Rudy Fernández, en la línea de su equipo. Pasó en blanco anotador sus 11 minutos de juego. Al mallorquín se le ve perdido en la inmensidad de la NBA.
Toronto 111 Oklahoma City 99
La ofensiva de Toronto en los últimos partidos está alcanzando una fluidez y efectividad digna de elogio. Anoche, volvió a ocurrir: 111 puntos, un 54,9% en el tiro de campo y victoria de tronío ante un equipo puntero como son estos Thunder, aunque no contaran con Kevin Durant.
El crecimiento del equipo canadiense corre parejo al crecimiento en el juego de Calderón y la consolidación como líder estable de Bargnani en el campo anotador. El base español está en un momento físico y mental excelente y ha tomado las riendas del equipo en pista. Se le ve en su salsa. Y, además, ha recuperado su fantástica selección y ejecución de tiro.
Ante Oklahoma City, el jugador extremeño regaló 15 asistencias por segunda vez desde que es titular. Hace unos días lo hizo ante Rajon Rondo (Boston) y anoche ante Russell Westbrook (Oklahoma City), 2 de los bases más reputados de la liga y 2 de los mejores equipos de la competición.
No es una cifra baladí. Esos 15 pases de canasta representan su gobierno en la pista, su dominio del partido, su ascendencia sobre sus compañeros. Vuelve a llevar Calderón los galones y se le ve feliz.
Calderón, Bargnani y Barbosa formaron un tridente perfecto. El español organizó y acabó con 8 puntos, 15 asistencias, 2 robos y sólo 1 pérdida en 31 minutos. Lanzó con tino al aro y logró nuevamente más de 20 de valoración y ya van unos cuantos partidos por encima de esa cifra. El italiano ejecutó e hizo de líder visible en la ofensiva: 26 puntos, 12 rebotes. Su papel creciente es tan importante como el de Calderón en la consolidación del equipo. Y el brasileño espoleó a los suyos con 22 puntos en 26 minutos, ejerciendo de sexto hombre. En ocasiones, su egoísmo es encantador. Este tridente internacional dinamitó la resistencia del equipo de Scott Brooks.
A ellos se sumaron un gran Amir Johnson (14 puntos 9 rebotes y perfecto en el tiro -5 de 5 de campo y 4 de 4 en libres), que conectó de forma espectacular con Calderón, y un DeRozan cada vez más maduro.
Los locales rompieron el partido en el tercer cuarto con un parcial de 34-18 bajo la dirección magistral de un Calderón desatado que repartió ¡8 asistencias en 9 minutos!. Sin Durant y con las 3 prórrogas a cuestas de hace 2 días, los Thunder no reaccionaron. Westbrook estuvo bien pero no fue el superclase de otras veces (20 puntos y 7 asistencias), Harden sí que brilló más que otros días (20 tantos) y Green jugó a ráfagas (17 y 7 asistencias). Encima, perdieron a D.J.White por un esguince de tobillo.
Memphis 111 Houston 127
Los Rockets tienen tomada la medida a los Grizzlies: 6 victorias en sus últimos 6 enfrentamientos. Esta vez el triunfo lo cimentaron en un bombardeo exquisito desde la línea de 3 puntos. Porque Houston parecía tener anoche una mira telescópica en sus manos. Y es que los de Scola anotaron ¡16 de 23 desde más allá del arco!.
Ante esos 48 puntos de alto porcentaje desde la lejanía, poco se puede hacer. Una cifra que revela la mágica noche de los tiradores de Houston, pero también la desastrosa noche de la defensa exterior de unos Grizzlies que recibieron 127 puntos en su cancha.
El Memphis-Houston fue el partido que más hispanos congregó en el juego. Fueron 3 (Gasol, Vásquez y Scola). De todos ellos, destacó el mediano de los Gasol, que hizo uno de sus mejores encuentros, si no el mejor, de lo que va de temporada. El pívot local estuvo espléndido y su baloncesto inteligente no pudo ser parado por ningún hombre alto rival, incluido Scola. Acabó el catalán con 20 puntos, 7 rebotes, 5 asistencias, 3 tapones y 2 robos. Porque hizo de todo y todo lo hizo bien. Afinó mucho su tiro -lástima que no lance más, pues sólo hizo 9 tiros en juego- y terminó con una eficiencia de 33 en 36 minutos. De poco le sirvió.
Houston consiguió su séptimo triunfo de la temporada a base de encestar casi todo lo que tiraba. Anotaron los visitantes un 59% de sus tiros, lanzando mejor de 3 que de 2, ya que desde el triple firmaron ese colosal 16 de 23. Una serie inconcebible que le costó el partido a Memphis.
Lowry se mostró fantástico, superando incluso a Conley. El armador del equipo texano firmó 28 puntos, 12 asistencias y 4 de 5 triples. Escoltándole, un Kevin Martin similar a un rifle de precisión (otros 28 tantos, con 5 de 6 de 3 y 9 tiros sin fallo desde la personal). Y para rematar otro infalible, Brad Miller (23 puntos tras meter sus 7 intentos a canasta, 3 de ellos triples). El trío en cuestión logró 12 de 14 triples y sentenció al rival.
Además, Luis Scola no hizo buenos números, aunque quedó limitado su tiempo (26 minutos) por culpa de las faltas y del acierto anotador de Miller. Acabó el bonaerense con 15 puntos, aunque anduvo romo en el rebote, su gran defecto anoche. Y Courtney Lee se sumó al devastador juego exterior con 16 puntos en 19 minutos.
En los Grizzlies, además de Gasol hay que destacar los 29 puntos de Rudy Gay nacidos de un sorprendente ejercicio de contención en el tiro. También los 19 con 8 asistencias de Conley, aunque no pudiera con Lowry. Los suplentes aportaron poco y Mayo anduvo desdibujado. Mientras, Greivis Vásquez anotó 5 puntos, dio 2 asistencias y capturó 2 rebotes en 12 minutos. Se le ve cómodo en el equipo.
Washington 83 Portland 79
Regresó Przybilla tras casi 1 año sin jugar, pero no fue feliz su vuelta porque Portland perdió ante unos débiles Wizards por 83 a 79 en un ejercicio de racanería deportiva.
Pocas veces un equipo ha desperdiciado tanto talento en cancha. Ya lo hizo otros años y vuelve a hacerlo ahora. Enfrascados en un modelo de defender a muerte, los Blazers se atascaron en la vanguardia. Su ataque resultó paupérrimo: 79 puntos, un 33,3% en el tiro de campo, 10 tantos anotados en un esperpéntico tercer cuarto. Desastre sin paliativos.
Lo peor es que no se ven señales claras en la rotación. Ahora, McMillan ha decidido ampliar la misma y se dan extrañas circunstancias a veces obligadas por las lesiones, otras por una cuestión estrictamente técnica. Anoche, por ejemplo, rotación bizarra: el australiano Mills, que estuvo bien, 18 minutos, el neozelandés Marks y Dante Cunningham 16... En este desmadre, a Rudy Fernández se le ve perdido. Su juego es timorato, su punto de mira está más que desviado y su agresividad es nula en determinadas fases del partido. Ante Washington, partido en blanco en la ofensiva en 11 minutos de juego. No mereció más.
El regreso de Przybilla coincidió con el susto proporcionado por Camby, que tuvo un problema físico al poco de empezar, que reapareció en pista en el tercer cuarto, pero que sólo jugó 11 minutos sin que se sepa muy bien cuál es su estado.
Los Wizards, encantados de conocerse y conocer a los Blazers. Con Yi Jianlian y Al Thornton ya en juego y sin Nick Young, el conjunto capitalino colocó a un desigual John Wall de titular -desacertado en el tiro- y a un más inspirado Gilbert Arenas de suplente (15 puntos, 6 asistencias y eliminado por faltas). La pareja interior Blatche-McGee hizo daño. El primero logró 19 y 9 rebotes y el segundo 13 tantos con 10 rebotes. Y el Verizon Center fue feliz por una noche, aunque fuera de pobre baloncesto.