Argentina es un país indignado. Los medios de comunicación y los aficionados consideran una ofensa la elección de Manu Ginóbili como Mejor Sexto Hombre de la NBA. Y el propio galardonado no concede gran importancia al premio.
En conversación telefónica con el programa "Despertate", de T y C Sports, el jugador argentino no se ha cortado un pelo al referirse al premio de Mejor Sexto Hombre: "No tendrá un lugar relevante en mi vitrina. Para mí es más valioso haber sido elegido el mejor jugador de la liga italiana que este premio de la NBA".
Antes de conocerse el ganador, Ginóbili ya había efectuado unas declaraciones en las que se había expresado sin tapujos al afirmar que "no me preocupa ni me desespera conseguirlo. No significará un gran halago, porque, aunque lo soy, no me considero un sexto hombre".
Un ejemplo de la indignación con la que se ha vivido en Argentina la concesión del premio al escolta de San Antonio Spurs lo encontramos en el prestigioso diario La Nación, donde el periodista Miguel Romano se despacha a gusto y pone el grito en el cielo ante tamaño desaire.
"No hay duda de que se trata de un premio insignificante para su condición de triple campeón de la NBA y mejor jugador de los Spurs de esta temporada", señala el periodista, que arremete contra "las mentes obtusas de los directivos de la NBA" por considerar suplente al que comienza el partido en el banco, aunque su papel no sea el de suplente.
No es un suplente
El diario argentino incide en que el jugador bahiense no es suplente. Romano argumenta, y no le falta razón, que Ginóbili se enmascara en una falsa posición de suplente porque esa situación favorece tácticamente al equipo, tal y como plantea los partidos y los sistemas de ataque su entrenador, Gregg Popovich.
A los argentinos no les valen los datos. Que Manu sea el primer jugador nacional y el primer jugador hispano en lograr el galardón les parece irrelevante porque el premio en sí no tiene peso suficiente a la altura que se encuentra ahora mismo la carrera del escolta argentino en la NBA.
Tal es así que Romano llega a decir que "quizá lo más valioso para el bahiense resulte el aporte económico del premio (un auto Kia Borrego 0 Km)". Lo dice con cierto retintín, pero también lo hace porque el premio va a ser donado a una entidad de San Antonio que se dedica a cuidar niños en crisis, es decir, se destinará a una buena causa.
El subtítulo de la noticia no puede ser más expresivo: "Elegir a Ginóbili el mejor sexto hombre es desconocer la táctica de los Spurs e ignorar su condición de estrella".
Y si el hecho de que sea el primer hispano en lograr el premio no es un consuelo, tampoco lo es, visto lo visto, la lista de excelsos nombres que jalonan este premio desde su creación.
Antes que Ginóbili recibieron la distinción de Mejor Sexto Hombre estrellas de la liga como Kevin McHale, dos veces, o Bill Walton, si bien éste ya estaba al borde de la retirada. También recayó en jugadores de gran nivel, situados en la élite, tales como Bobby Jones, Ricky Pierce, Detlef Schrempf, el alemán ganó también en dos ocasiones, o el croata Toni Kukoc, entre otros.
Pero toda esta lista a gran parte de los argentinos les da igual. Para ellos, y para otros muchos aficionados de otras latitudes, Ginóbili es una estrella, y ciertamente lo es. Nadie en el planeta puede presumir de haber ganador la NBA (3 veces), los Juegos Olímpicos y la Euroliga, amén de otros títulos de gran nivel como la liga italiana, esa competición en la que fue elegido una temporada mejor jugador, un premio que, este sí, le llena de orgullo.