Joel Embiid parece, dado su rendimiento, dejar atrás sus problemas de rodilla, pero no gana para contratiempos, ya que trascendió anoche que arrastra una leve parálisis facial desde el play-in, lo que no le impidió endosar 50 puntos a los Knicks.
En el partido de anoche no se apreció en líneas generales dicha dolencia, salvo en episodios puntuales en los que registró alguna asimetría facial, aunque el jugador reconoció tras el partido que se sintió "bastante molesto", que padeció sequedad en los ojos y en algunos momentos tuvo la visión borrosa.
La parálisis de Bell, que así se llama la afección que sufre el jugador camerunés, consiste en una parálisis facial de carácter temporal que podría acompañar a Embiid durante semanas o meses, pese a que ya está siguiendo un tratamiento para la misma.
Tras anotar 50 puntos y ganar el partido, Embiid no se quedó en la cancha al finalizar el encuentro, sino que salió disparado hacia los vestuarios. Luego, en rueda de prensa, el jugador, con gafas de sol, explicó su problema.
Lo cierto es que Embiid se mostró intratable en la zona y su participación se antoja fundamental si Sixers quiere mantener alguna esperanza de poder eliminar a New York Knicks.