La segunda semifinal del Torneo de Temporada disputada en el T-Mobile Arena de Las Vegas nada tuvo que ver con la primera. Esta segunda, el Lakers-Pelicans, no fue más que la historia de una humillación en toda regla. Paliza sin miramientos de los Lakers para meterse en la final sin haber perdido un solo partido.
Nada menos que 44 puntos de diferencia, con un abultado 133-89 en el marcador final, en un partido que se quebró definitivamente en el tercer cuarto y en el que Lakers hizo mucho daño desde el triple, defendió a muy buen nivel y tuvo a un LeBron James excelso.
El sábado esperará a los Lakers en la final Indiana Pacers, que como los californianos llega invicto con marca de 6-0. Todo ello después del partido de semifinales en el que los angelinos han pasado por encima de New Orleans en modo apisonadora, con un enorme LeBron James al que le han bastado 23 minutos de presencia en pista para triturar al rival.
Lakers se fue al descanso ganando 67-54 después de abrir hueco en la primera mitad del segundo cuarto, incluyendo 3 triples de James en los primeros 2 minutos de juego. Pero lo que vino después fue demoledor, desnudando los Lakers a unos Pelicans lamentables, carentes de pegada, incapaces de emprender una mínima reacción, anclados en un desapego y una tristeza de juego imperdonables.
El tercer cuarto resultó definitivo. Baste decir el resultado del cuarto: 43-17. Lakers llegó a tener 41 puntos de ventaja y cerró el tercer acto 39 arriba (110-71). La imagen de los Lakers por las nubes; la imagen de los Pelicans por los suelos.
Al poco de empezar el cuarto los angelinos ya ganaban por 20 puntos (76-56) y la ventaja no paró de crecer y crecer, situándose en 30 con un precioso alley-oop entre LeBron James y Anthony Davis, canasta que suponía el 90-60 mediado el cuarto.
Lakers había empezado el partido con una doble declaración de intenciones. En la primera jugada LeBron fabricó un 2+1 con solo 11 segundos de juego. Y en la siguiente Anthony Davis le plantó un taponazo a Brandon Ingram. Pero nadie podía imaginar que un par de horas después la paliza fuera de tal rango.
Las estrellas de ambos equipos solo jugaron 3 cuartos, ya que el último estuvo destinados a minutos de la basura.
Tremendo el partido de LeBron James. Jugando solo 23 minutos hizo 30 puntos y 8 asistencias sin pérdidas, mostrándose acertadísimo de cara al aro: 9 de 12 en campo con 4 de 4 en triples, y 8 de 8 en libres.
Tampoco jugó el cuarto final Anthony Davis, que acabó con 16 puntos, 15 rebotes y 5 asistencias.
Austin Reaves firmó 17 puntos y 7 asistencias, Taurean Prince sumó 15 puntos tras meter 5 triples y D'Angelo Russell aportó 14.
Lo cierto es que las estadísticas 'reales' del partido se circunscribieron a los 3 primeros cuartos, con Lakers metiendo 110 puntos, con Lakers defendiendo, con Lakers bombardeando desde el triple al rival con gran acierto, con Lakers haciendo lo que quiso con unos Pelicans decepcionantes.
Trey Murphy fue el máximo anotador de New Orleans con 14 puntos, quedándose Zion Williamson en 13, pero lo cierto es que ni un solo jugador, ni uno solo, de Pelicans mereció ni siquiera el aprobado ramplón. El equipo acabó con un 35,8% en el tiro, solo metió 7 triples y en defensa naufragó, como naufragó su entrenador, Willie Green, y lo hicieron sus hombres clave, que dieron toda una lección de desacierto y abulia.