Tyrese Haliburton llevaba 113 minutos sin perder un solo balón, pero en los primeros 2 minutos de la gran final del Torneo de Temporada perdió 2. Fue ya ahí donde empezó a calibrarse el grado de concentración y compromiso que los Lakers iban a desplegar en la final.
Lakers ha ganado la primera Copa NBA y lo ha hecho a lo grande, en un T-Mobile Arena entregado al poder angelino, que se ha impuesto a Indiana Pacers 123-109, terminando el torneo invicto, con un perfecto 7-0.
Anthony Davis ha sido el jugador de la noche, impresionante su actuación, y LeBron James ha sido elegido MVP del torneo.
Los de Darvin Ham dominaron el marcador prácticamente durante todo el partido, defendieron a un gran nivel, especialmente tras el descanso, limitaron el juego de Haliburton, arrasaron al rival de una forma inmisericorde desde la pintura, resolvieron con una solvencia deslumbrante el partido en su recta final y tuvieron a un jugador colosal, colosal en grado máximo: Anthony Davis.
Fue la noche de Anthony Davis, imparable en la pintura, dominador hasta decir basta, dueño de los tableros, intimidador junto al aro, prodigioso de principio a fin. Porque si su inicio de partido fue excelente, ¡qué decir acerca de su manera de definir el partido!
Los números de Davis, solo a la altura de Elgin Baylor y Wilt Chamberlain en la historia de Lakers. Davis acabó con 41 puntos, 20 rebotes, 5 asistencias, 4 tapones y un 16 de 24 en el tiro de campo en una final. Ahí es nada. Pero es que además decidió el partido de una forma deslumbrante.
Marcador de 102-99. Ahí llegó el parcial ganador de Lakers, el definitivo, con un 13-0 para ponerse 115-99. Ese parcial de 13-0 arrancó con un triple de Cam Reddish y se desarrolló con 10 puntos consecutivos de Anthony Davis, en una exhibición sin límites.
El dominio de Lakers en la pintura fue insultante a lo largo de todo el partido. ¡Lakers metió 86 puntos en la pintura por 44 su rival! Esos 86 puntos son el récord de anotación en la pintura de cualquier equipo en la presente temporada. El mejor registro estaba en 84.
No fue casualidad. Lakers percutió contra el rival cerca del aro una y otra vez. Desde el principio. Y los problemas de faltas de Myles Turner no hicieron más que ahondar en esa brecha. Porque los angelinos deliberadamente apenas usaron el tiro de 3, y las pocas veces que lo hicieron lo hicieron mal. Lakers no metió su primer triple hasta que restaba un minuto para acabar el tercer cuarto. Antes había fallado 10, y terminó el partido con un 2 de 13.
Sí, ¡Lakers ganó en esta NBA de triples por doquier anotando solo 2 tiros desde más allá del arco, pero es que metió 86 cerca de él! Ese dominio físico se notó también en el rebote, con los de Ham atrapando 23 rebotes más que los de Carlisle.
El único punto frágil de Lakers fue su suplencia. Entre los suplentes, 28 puntos de un estupendo Austin Reaves, pero solo 2 del resto.
Acompañaron a Davis en ataque el citado Austin Reaves, autor de 28 puntos partiendo como reserva, encestando el 60% de sus tiros y mostrándose realmente brillante, y LeBron James, que acabó con 24 puntos y 11 rebotes, y fue nombrado MVP del torneo cuando está a punto de cumplir 39 años.
Pero todo el equipo defendió a un nivel espectacular, terminando la Final a Cuatro de un modo increíble tras haber ganado en semifinales a Pelicans por 44 puntos.
Pacers, que se quedó en 49 puntos en el segundo tiempo, terminando el partido con un pobre 36,8% en el tiro de campo tras otra mala noche desde el triple, anduvo siempre a remolque y se mostró impotente una y otra vez para darle la vuelta al marcador, aunque no perdía de vista al rival. Todo en un partido físico, de final sin red, con 58 faltas pitadas y 68 tiros libres lanzados.
Esta vez Haliburton no pudo desplegar su ejercicio habitual de juego, dinámico y directo. Se quedó el base de Pacers en 20 puntos y 11 asistencias, pero siempre estuvo bajo el control de la defensa de Lakers.
Bennedict Mathurin sumó 20 puntos siendo suplente y Aaron Nesmith, también reserva, hizo 15.
Le pesó a Indiana que Bruce Brown hiciera 2 faltas en los 2 primeros minutos de juego. Lo cierto es que solo jugó 19 minutos y no se le vio bien. Y le pesó sobre todo el partido aciago de Myles Turner con las faltas, aunque con faltas o sin faltas Turner fue triturado una y otra vez por Davis, el mejor Davis que se pueda recordar.