Es una cuestión de ritmo de juego, es una cuestión de identidad propia con la que triunfar o morir con las botas puestas, y esta apuesta celérica y por momentos bellísima de los Pacers no tendría razón de ser si el equipo con contara con un base como Tyrese Haliburton, que hoy ha vuelto a dar una clase magistral de baloncesto.
Los Pacers siguen jugando a ser los Pacers. El estilo de juego no se negocia, y con ese orgullo identitario se cargaron en cuartos de final del Torneo de Temporada a los Celtics y hoy han hecho lo propio en semifinales con los Bucks. Casi nada, ¡Celtics y Bucks tumbados por un equipo que se planta invicto en la gran final de la Copa NBA!
Las Vegas ha sido testigo hoy de un bello duelo entre Bucks y Pacers que se ha saldado con victoria de los de Indianápolis por 119-128.
Una gozada ver jugar a estos Pacers, capaces de ganar a Milwauke anotando 128 puntos, en su línea habitual ofensiva, encestando solo 7 triples.
Claves del triunfo, más allá de que Haliburton es hoy por hoy el mejor base puro de la liga: la imposición del ritmo de juego que más le conviene a los Pacers, el tremendo trabajo de la segunda unidad del equipo, la superioridad de Carlisle sobre Griffin en la banda, el daño infligido por Pacers a Bucks con el rebote ofensivo en la recta final del encuentro y el aplomo de Indiana a la hora de gestionar la definición del choque, un aplomo en el que tiene mucho que ver la sabiduría con la que maneja el juego Haliburton.
Tyrese Haliburton y Myles Turner han sido la pareja perfecta, haciendo siempre daño al rival con sus conexiones.
El base se ha ido a 27 puntos, 7 rebotes y 15 asistencias sin perder un solo balón. En este campo, en el de la relación asistencias-pérdidas, es un jugador de otra galaxia, inalcanzable hoy por hoy.
En cuanto a Turner, terminó con 26 puntos, 10 rebotes y 4 tapones, además de plantar un par de mates en la cara de Giannis Antetokounmpo y Brook Lopez en el primery tercer cuartos.
Pero Indiana fue mucho más que Haliburton, que Turner o que su veterano entrenador. Bruce Brown hizo un fenomenal trabajo defensivo, ¡y si no que se lo digan a Damian Lillard que no anotó sus primeros puntos hasta mitad del segundo cuarto!, Obi Toppin funcionó bien y lo de los suplentes de Indiana fue para enmarcar.
Ni uno solo de los suplentes bajó el pistón. Excelentes todos: Jackson, Mathurin, McConnell -enorme su segundo cuarto-, Nembhard -muy bueno su tercero- y Nesmith. Los suplentes de Pacers hicieron 43 puntos y todos estuvieron con marcador positivo cuando jugaron; los de Bucks, pobrísimo su rendimiento, se quedaron en 13.
Indiana, que lanzó 102 tiros a canasta y solo perdió 9 balones, amargó a fogonazos de escasos segundos los buenos momentos de los Bucks y supo controlar el juego en los momentos finales, cuando había que guardar más el balón. Fue una lucha entre un equipo en clave colectiva, Pacers, y otro en clave mucho más individual, Bucks.
De nada sirvieron los 37 puntos y 10 rebotes de Giannis Antetokounmpo, que estuvo bien desde los tiros libres y que venía de hacerle 54 puntos a Indiana el 9 de noviembre, ni los 24 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias de Damian Lillard, que terminó con 7 de 20 en el tiro y que solo tuvo como momento feliz su espléndido tercer cuarto. Khris Middleton hizo 20 puntos y Brook Lopez, 18 puntos y 4 tapones.
Indiana puso la directa en el segundo cuarto, yéndose al descanso ganando 51-63, con los suplentes ya marcando la diferencia, enormes los minutos de T.J. McConnell. Pero el inicio del tercer cuarto ya empezó de un modo extraño para Pacers. Pidió Carlisle un tiempo muerto a los 52 segundos de arrancar el tercer cuarto, tras ver algo que no le gustó, pero poco pudo hacer en esos momentos, porque el cuarto fue totalmente de Milwaukee, merced a su mejoría notable en defensa y a la explosión de Lillard en ataque, un Lillard que en 6 minutos anotó 14 puntos por solo 9 a cargo de los Pacers.
Acabó el tercer acto 94-91 tras capear el temporal Pacers como pudo, pero lo cierto es que Milwaukee anotó 43 puntos en los 12 minutos del cuarto, haciendo creer que podía seguir un rumbo parecido al que trazó ante los Knicks en cuartos de final, pero no fue así.
La reacción de Pacers en el cuarto final denota la madurez de un equipo joven. Parcial de 25-37. Taponazo de Nesmith a Lillard faltando menos de 5 minutos, robo importante de Brown, tremenda cesta de Haliburton en jugada individual, rebotes ofensivos para los de Carlisle que hicieron mucho daño y triple mortal de Haliburton para el 114-122 restando 48 segundos. A partir de ahí, Middleton lo intentó, pero Indiana no falló desde los libres.
Espectacular la trayectoria de Indiana en el torneo. Marca de 6-0 para meterse en la final del sábado. Estos Pacers van en serio.