Warriors camina como puede por la cuerda floja, y por ahora sobrevive. La línea entre el éxito y el fracaso empieza a ser casi invisible, y en ese escenario de máxima tensión hasta el mejor escribano echa un borrón.
Algo así le pasó a Stephen Curry cuando a 42,4 segundos del final su equipo parecía estar definiendo definitivamente el partido. Ganaba Warriors 126-121, quedaba ese corto tiempo para acabar el juego y Curry tenía el balón en su poder, pero cuando se sintió amenazado en su propio campo por la presión de Harrison Barnes y Davion Mitchell reaccionó automáticamente pidiendo un tiempo muerto. Craso error. Porque su equipo carecía de tiempos muertos.
El resultado fue altamente contraproducente para los de San Francisco. Perdieron el balón, los árbitros pitaron la obligada técnica, Malik Monk anotó el tiro libre (126-122) y Sacramento atacó de nuevo culminando la jugada De'Aaron Fox con un triple que ponía el 126-125 en el marcador faltando 27,7 segundos. De repente a los Warriors se les vino el mundo encima. Porque perder el partido era situarse con un 3-1 en contra y apelar a la hazaña para no quedar eliminados.
A Curry no le fue mejor poco después. Erró un importante tiro de 2, el novato Keegan Murray capturó el rebote y Sacramento pidió un tiempo muerto que sí tenía para buscar una victoria vital con 10,5 segundos por jugar. Pero no hubo vuelco, ni revolución copernicana, ni asalto casi definitivo al poder. Fox no encontró el tiro ante la buena defensa rival y delegó en Barnes, que lanzó un triple potencialmente ganador que se estrelló contra el aro. Warriors había ganando 126-125 y quedaba con vida. Dos triunfos en casa y 2-2 en la serie.
Fue un final taquicárdico en un Chase Center decibélico, con todos los protagonistas un poco al borde del ataque de nervios, y con los Kings siendo conscientes de que si quieren eliminar a los defensores del título van a tener que elevar su baloncesto ofensivo a un nivel nunca visto, porque estos Warriors cuando quieren defender defienden, tal y como hicieron en la recta final del partido, una recta final en la que las cercanías del aro fueron un quebradero de cabeza para el equipo de Mike Brown.
Volvió Draymond Green tras su corta sanción por excederse en su pisada. Lo hizo como suplente y con el ánimo por las nubes. Y fue importante. Su acierto de cara al aro estuvo en un penoso 3 de 14, pero en defensa se batió el cobre desde su reconocida versatilidad, para acabar con 12 puntos, 10 rebotes y 7 asistencias.
Warriors ganó con un trío de jugadores en la veintena, bajo el liderazgo de los Splash Brothers. Porque Curry a pesar de sus peripecias finales sigue siendo el rey indiscutible cuando se trata de jugarse los cuartos en los playoffs. Hoy ha sumado 32 puntos. Klay Thompson hizo 26 con un 60% en el tiro y Jordan Poole fue titular y metió 22 en 26 minutos.
Además, 18 puntos, 8 rebotes y 4 tapones de Andrew Wiggins, que importante su regreso llegados los playoffs, y 8 puntos, 14 rebotes y 6 asistencias de un Kevon Looney que está inmenso.
Gary Payton II volvió tras no jugar el partido anterior por enfermedad, aunque solo disfrutó de 7 minutos.
El partido fue por momentos un toma y daca frenético, sin tiempo para poder acomodar los sistemas defensivos, con pulso pasional desde la grada, con los Kings lanzando 102 tiros de campo y perdiendo solo 10 balones, lo que tiene su mérito, con los Warriors aferrándose a sus buenos porcentajes... Velocidad y vértigo. Esta serie gusta de vivir en los límites, en todos los sentidos.
Sacramento tuvo a un hiperactivo De'Aaron Fox, que se fue a 38 puntos, 9 rebotes y 5 asistencias tras asumir 31 tiros de campo, y contó con el despertar del hasta ahora dormido Keegan Murray. El joven jugador por fin se acomodó a los playoffs y rindió a un gran nivel con 23 puntos y 7 rebotes. Malik Monk firmó 16 puntos y 6 asistencias y Domantas Sabonis acabó con 14 tantos, 7 rebotes y 8 pases de canasta.
La eliminatoria está ahora 2-2 y regresa a Sacramento. Hasta la fecha ninguno de los dos equipos ha cedido un partido en casa. Los Kings tienen el factor cancha a favor; los Warriors defienden el título. Lo que ha de venir se presume tan apasionante como lo que ya ha venido. Se admiten apuestas.