Ha sido una larguísima, casi interminable, travesía en el desierto. Hace escasos días Jonathan Isaac volvía a sentirse jugador de baloncesto vistiéndose de corto en la G League y esta noche llegó el momento más esperado: volver a jugar un partido de la NBA.
Isaac llevaba sin jugar un partido NBA desde que se lesionó en la burbuja Disney en plena pandemia, en agosto de 2020. Es decir, hace dos años y medio, un tiempo en el que se perdió 211 partidos, una cifra escalofriante.
Apenas jugados 5 minutos del partido saltó a la cancha. Ante su afición y teniendo como rival al mejor equipo de la temporada, Boston Celtics. Lo hizo bien, con minutos muy limitados claro está, y Orlando Magic dio la campanada derrotando a los Celtics 113-98.
Tras una ausencia tran prolongada Isaac jugó 10 minutos en los que hizo 10 puntos, 3 rebotes y 2 robos de balón. Muy buenas cifras teniendo en cuenta las circunstancias.
Sus compañeros Paolo Banchero (23 puntos), Wendell Carter Jr. (21 puntos y 11 rebotes) y Cole Anthony (18 puntos) llevaron la manija del partido en el que Boston -sin Marcus Smart, Robert Williams III y Malcolm Brogdon- no dio la talla.
Los Celtics abusaron del triple sin tener una mala efectividad, pero esta vez sus 18 tiros anotados desde más allá del arco no fueron sinónimo de ofensiva imparable. Los de Mazzulla perdieron 18 balones y, todo hay que decirlo, no fueron demasiado bien tratados por los árbitros, doblando en faltas a Orlando al final del partido.
Se truncó la racha céltica (el equipo acumulaba 9 victorias seguidas) y se truncó porque el final de partido de los Celtics fue calamitoso en ataque, ¡anotando solo 3 puntos en los últimos 6 minutos del partido! Un auténtico apagón.
Boston tuvo a Jayson Tatum y Jaylen Brown con 26 puntos cada uno. Bien Hauser desde la suplencia. Y poco más. Con Blake Griffin partiendo como titular y con Al Horford haciendo 6 puntos y 4 rebotes en 30 minutos de acción.
La noche, desde luego, no fue de Celtics. Fue de Orlando y de un muy feliz Isaac.