Partido mucho más equilibrado y competido de lo que podría esperarse por la temporada que están haciendo unos y otros. No le fue fácil a Boston doblegar a Chicago. Triunfo por estrecho margen (107-99) y lesión del visitante DeMar DeRozan.
Celtics llega así justo a la mitad de la temporada, 41 partidos disputados, con marca de 29-12, la mejor de toda la NBA, y se afianza en el liderato del Este pese al arreón que viene pegando desde finales de noviembre Brooklyn Nets.
Jayson Tatum lideró el triunfo con 32 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias, Grant Williams completó un gran partido con 20 puntos y 8 rebotes y Al Horford metió un triple crucial en la recta final del encuentro, acabando el dominicano con 8 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias en 33 minutos de juego.
Mientras, Jaylen Brown sumó 19 puntos, pero estuvo muy alejado de sus cánones habituales, ya que finalizó con 7 de 21 en el tiro de campo tras errar los 8 triples que intentó. Negado desde el triple Brown.
Fue titular Robert Williams III, gris titularidad la suya hoy, haciéndose con el hueco que dejó la baja de Marcus Smart.
Chicago perdió a DeRozan (13 puntos en 23 minutos de juego) en el tercer cuarto tras sufrir una lesión muscular en el cuádriceps derecho.
Zach LaVine hizo 27 puntos (15 en el cuarto final) y Nikola Vucevic acabó con 21 puntos, 13 rebotes y un 60% en el tiro. Ellos dos fueron los mejores de los Bulls.
Importantísimo el triple de Horford que puso el 104-99 con 24 segundos por jugar. Fue el tiro que abrió esa pequeña brecha final en el marcador que precisaba su equipo.
Tras ello, LaVine erró un triple, Derrick White capturó el rebote y el contragolpe local terminó con mate en 2+1 de Tatum que definitivamente mató a Chicago.
En un encuentro con pocas pérdidas de balón, Celtics enarboló la bandera de la defensa para sacar adelante un crudo partido en el que no pudo ayudarse del triple, ya que el equipo de Mazzulla tuvo una noche bastante pobre desde más allá del arco.
Una victoria que demuestra la solvencia de unos Celtics que cuando no brillan en ataque son capaces de agarrarse a su trabajo en la retaguardia. Por eso, por esa versatilidad, entre otras muchas cosas, son a mitad de campaña el mejor equipo de la liga.