El mismo aro 5 días después. Otra vez desnivelado. Nikola Jokic correteando por la pista para no enfriarse con el juego parado, Michael Malone echándose las manos a la cabeza de no creer, risas igualmente incrédulas entre jugadores y alguna pieza de música country con el baloncesto pausado.
Volvió a suceder, como si fuera un déjà vu inexplicable. El aro de la misma canasta que provocó un parón de 35 minutos en el Denver-Boston el 1 de enero, este 6 de enero volvía a sabotear un partido a Nuggets, esta vez el Denver-Cleveland. Faltaban 11:22 para acabar el juego y Denver ganaba 96-82. Otra vez dos escaleras bajo el aro, otra vez la máquina niveladora... pero en esta ocasión, afortunadamente, todo fue más rápido y llevadero. La experiencia es un grado. Al Ball Arena tal vez le haya llegado el momento de cambiarle el nombre por Rim Arena.
En realidad, más allá de esa impresión de déjà vu, el verdadero déjà vu en Denver no es otro que Nikola Jokic, que parece ya un funcionario del triple-doble exitoso, no de ese otro triple-doble que engorda estadística sin interceder por la victoria.
El serbio volvió a firmar un triple-doble, como el 1 de enero ante Boston con el aro también desnivelado, para sumar 10 en la presente temporada y para liderar el triunfo de su equipo ante unos Cavaliers sin Donovan Mitchell (121-108), un triunfo que deja a Nuggets como líder en solitario del Oeste con registro de 26-13.
Pero tanto o más impotante que los 28 puntos, 15 rebotes y 10 asistencias del alienígena Jokic, perfumados con excelentes porcentajes de tiro, fue ver a Jamal Murray completar su primer back-to-back desde que sufriera su grave lesión de rodilla. Y no le fue mal: 18 puntos. Es un primer paso con mucho peso.
Hasta 7 jugadores con dobles dígitos anotadores tuvo Denver, con Michael Porter Jr. en 16 puntos y 8 rebotes, con Kentavious Caldwell-Pope con 14 puntos y con aportaciones de Bones Hyland, que recibió además una técnica por propinar una patada en las gónadas a Darius Garland tras un gesto poco natural en el tiro en suspensión, del completo Bruce Brown y de Aaron Gordon, que rubricó un doble-doble.
Denver estuvo por encima del 50% en el tiro, brilló desde el triple y sufrió en la lucha en los tableros, con Cleveland capturando 18 rebotes ofensivos.
Los Cavs perdieron muy pocos balones, no estuvieron finos en materia defensiva y erraron demasiados tiros libres.
Caris LeVert, titular en el puesto de Mitchell, metió 22 puntos, Garland hizo 21 y 8 asistencias y Cedi Osman añadió 15, destacando en la primera mitad. Rozaron el doble-doble, pero se mostraron insuficientes en su juego, Jarrett Allen y Evan Mobley.
Cleveland empezó bien el partido, involucrando a todos sus jugadores en un primer cuarto en el que los 9 componentes del equipo que jugaron anotaron. Y luego siguió en buena línea hasta llegar al descanso perdiendo 62-58, con Denver estando en un 8 de 14 desde el triple.
Fue el tercer cuarto el principio del triunfo local, con Denver poniéndose 15 arriba con 2 triples seguidos de Hyland y con Jokic en la banda. Finalizó el cuarto 94-82.
Luego vino el control local, el parón, no muy largo esta vez, por lo del aro y el arreón final de Denver para ganar con comodidad tras llegar a tomar 19 puntos de ventaja (116-97).
Estos Nuggets van como un tiro, y plantilla tienen para estar arriba, muy arriba.