Utah Jazz estaba poniendo en serios aprietos a unos Warriors que jugaban sin Stephen Curry, Klay Thompson y Andrew Wiggins. Lo estaba haciendo hasta que se le nubló la ofensiva en el cuarto final hasta el punto de solo anotar 13 puntos.
El 24-13 del cuarto final fue la tumba de unos Jazz que se vinieron a bajo de mala manera en la recta decisiva del encuentro, en parte por el gran desempeño defensivo local, en las antípodas de lo mal que defiende Warriors fuera de casa, y en parte por el desacierto extremo de los de Salt Lake City a la hora de encarar el aro rival.
Jazz solo metió 13 puntos en el último cuarto tras hacer un 4 de 25 en el tiro de campo, incluyendo un 1 de 12 desde el triple. Lauri Markkanen, lúcido hasta entonces, se marcó un 0 de 6 en dicho cuarto, pero es que entre el finlandés, Mike Conley, Malik Beasley y Kelly Olynyk totalizaron un 0 de 15. Por no acertar, no acertaron los Jazz ni con los tiros libres en el fatídico cuarto final (4 de 8).
Golden State venció 112-107 para equilibrar su temporada, 18-18, una temporada de defensa del título que hasta ahora no está siendo precisamente brillante.
Jordan Poole anotó 26 puntos, pero con 7 de 22 en el tiro y 6 pérdidas de balón. Importancia máxima de secundarios como Donte DiVincenzo (19 puntos) y Ty Jerome (17 más 7 rebotes). Anthony Lamb fue titular, buenos minutos de Kevon Looney y Patrick Baldwin Jr, las faltas arruinando el partido a Jonathan Kuminga y poder defensivo de un Draymond Green que no aportó grandes cosas en ataque.
Utah queda 19-18, justo por delante, y por estrecho margen, de los Warriors.
Clave en el partido que el equipo local parara en la segunda parte a un Markkanen que fue imparable en la primera (23 puntos y 8 rebotes al descanso). Terminó con 29 puntos, 16 rebotes y 7 triples. Está haciendo una temporada impresionante.
Jordan Clarkson hizo 22 puntos, Mike Conley, mal en el tiro, dio 10 asistencias y Malik Beasley fue otro que desapareció tras el descanso.