La dinastía Warriors regresa a lo más alto. Séptimo título para los Warriors, cuarto en los últimos 8 años, para encaramarse en solitario a la tercera plaza histórica, solo superados por los 17 campeonatos de Lakers y Celtics.
Victoria en el TD Garden por 90-103 para ganar las Finales 4-2 tras derrotar 3 veces seguidas a unos Celtics que parecieron quedarse sin combustible justo cuando más lo necesitaban. Triunfo cómodo, cargado de autoridad, con un sobresaliente trabajo defensivo y 34 puntos de Stephen Curry para coronarse por primera vez en su carrera como MVP de las Finales.
Juan Toscano-Anderson se convierte en el primer jugador mexicano en ser campeón de la NBA y el dominicano Al Horford se queda a las puertas de su gran sueño pese a hacer un excelente sexto partido.
El quinteto Steve Kerr-Stephen Curry-Klay Thompson-Draymond Green-Andre Iguodala suma ya 4 títulos en común con Golden State, con especial mención para el 'milagro' Thompson, tras permanecer 2 años y medio sin jugar y estar al borde de la retirada, y para el caudal triunfal de Kerr, que ya suma 9 campeonatos, 5 como jugador y 4 como entrenador.
Este es el primer campeonato de Warriors desde su traslado a San Francisco, un traslado estelar que por momentos pareció arrastrar una maldición a cuestas.
Celtics, mientras, tendrá que seguir esperando. No gana desde su título de 2008. No perdía unas Finales en Boston desde 1985, cuando Lakers logró el campeonato en el Garden. Esta era una gran oportunidad para superar a los Lakers y situarse en solitario como la franquicia más laureada de la historia de la NBA, pero no fue posible. Eso sí, mérito infinito para la temporada de Celtics y para su debutante entrenador jefe, Ime Udoka.
Warriors ha vencido con autoridad con 34 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias de Stephen Curry, que metió 6 triples estando por encima del 50% después del 0 de 9 del partido anterior, con otra actuación completísima de Andrew Wiggins (18 puntos, 6 rebotes, 5 asistencias, 4 robos y 3 tapones), pese a que no hiló bien sus disparos, con la mejor versión de Draymond Green -12 puntos, 12 rebotes y 8 asistencias- y con un productivo Jordan Poole (15 puntos en 17 minutos).
Gary Payton II funcionó otra vez muy bien, Klay Thompson estuvo mal en el tiro pero brilló en defensa y Andre Iguodala salió a la pista en los últimos compases del partido para participar activamente de la fiesta.
Brillante el partido del equipo visitante desde el triple y muy buen trabajo de Warriors en el rebote en los tres primeros cuartos, amén de que los californianos volvieron a evidenciar su poderío defensivo.
A Boston le mataron sus 22 pérdidas de balón -un pozo del que es casi imposible salir-, su horrible primera mitad desde el perímetro y la nula aportación de su suplencia, destacando en el lado negativo los partidos de los titulares Jayson Tatum (13 puntos y 6 de 18 en el tiro), que tuvo una noche decepcionante, y Marcus Smart (9 puntos, 9 asistencias y 4 de 12 en el tiro).
En el lado positivo, un gran Jaylen Brown (34 puntos), un excelente Horford (19 puntos, 14 rebotes y 4 de 5 desde el triple) y, en menor medida, un Robert Williams III que puso 5 tapones.
Lo mejor de Boston Celtics estuvo en su abrasador inicio, un arranque en el que endosó un contundente 14-2 a Warriors, pero a partir de ahí el partido fue totalmente de los de la Bahía, que cerraron el primer cuarto con un parcial de 0-11, un parcial que agrandaron en el inicio del segundo cuarto hasta un durísimo 0-21 que dejó a los de Kerr con una ventaja en el marcador de 15 puntos (22-37). Ese 0-21 fue el principio del fin para Boston.
Warriors adquirió una máxima ventaja en ese segundo cuarto de 21 puntos (33-54) tras una excelente jugada de Curry, plena de manejo de balón, y 5 puntos consecutivos de Thompson, aunque el partido se fue al descanso con ventaja visitante más exigua, aunque todavía amplia: 39-54.
Por aquel momento, Boston ya había perdido 12 balones, ya veía que su segunda unidad no iba a aportar gran cosa y sufría un mal día desde la línea de 3, así como serios problemas en el rebote. Demasiados frentes abiertos.
El tercer cuarto llevó la máxima ventaja de Warriors hasta los 22 puntos (50-72) tras un triplazo de Curry, pero Boston se rehizo un poco hasta acabar 66-72 gracias al impulso de Brown y Horford, los mejores del equipo local.
Peleó Celtics hasta el final del partido por lograr un imposible, pero Golden State controló la situación. A lo más que pudo llegar Boston fue a ponerse a 8 puntos (78-86), pero en ese momento reaccionó Warriors de la mano de un capital Draymond Green y de un letal Stephen Curry, que llegado el último minuto empezó a sentir, como todos sus compañeros, el dulce sabor del triunfo.
Luego vinieron los premios, la fiesta sobre la pista -con Adam Silver ausente por su entrada en los protocolos-. Y allí se desataron las emociones: Warriors vuelve a ser el faro de la NBA.