La estirpe legendaria de Warriors sigue viva. Esta vez en San Francisco tras su pasado reciente en Oakland. Golden State se ha impuesto 120-110 a Dallas para ganar 4-1, proclamarse campeón de la Conferencia Oeste y acceder a sus sextas Finales de la NBA en los útimos 8 años.
Impresionante: ¡6 Finales en 8 años, al nivel de los Bulls de Michael Jordan en los 90! El cuarteto Steve Kerr-Stephen Curry-Klay Thompson-Draymond Green suma ya 6 títulos de conferencia en las 6 Finales del Oeste que ha disputado y el equipo presenta un 21-2 en las 23 series de playoff en las que ha competido en la era Kerr, perdiendo solo en las Finales de 2016 y 2019.
Hoy, Warriors ha hecho honor a su fortaleza como equipo local en estos playoffs, para situarse con un impoluto 9-0 en el Chase Center en esta postemporada, dejar atrás el escollo Mavericks, ganar su duodécimo título de conferencia y situarse a la espera de hallar rival para las Finales que comenzarán el 2 de junio. O Celtics o Heat.
Draymond Green ha recogido el trofeo Oscar Robertson que honra al ganador de la Conferencia Oeste, Stephen Curry se ha convertido en el primer MVP de unas finales de conferencia en la historia de la NBA (trofeo Magic Johnson) y Juan Toscano-Anderson es el primer jugador mexicano que va a jugar unas Finales en busca del anillo.
Además, el quinto partido fue particularmente emotivo para Klay Thompson, que viniendo de su infierno particular, ese que casi le deja fuera del deporte que más ama, ha sido el máximo anotador de este definitivo quinto partido haciendo 32 puntos tras dar una exhibición desde el triple con 8 convertidos.
Golden State, que ha obtenido hoy su primer título desde que se mudó a la sede de San Francisco, ha tenido a Andrew Wiggins con 18 puntos y 10 rebotes (0 de 7 desde el triple), a un inusualmente anotador Draymond Green con 17 puntos, 9 asistencias y 6 de 7 en el tiro, a Jordan Poole con 16 tantos, buenos porcentajes y aportaciones generales al juego, a Stephen Curry con 15 puntos y 9 asistencias en una noche complicada en el tiro para él y a un capital Kevon Looney, que ha hecho un daño gigantesco a Dallas con su dominio de los aros, terminando con 10 puntos, 18 rebotes (7 ofensivos) y 4 asistencias en 31 minutos de juego. Aprovechó muy bien el gusto de Kidd por el small-ball, a veces casi extremo y un tanto dogmático.
El equipo local ha estado por encima del 50% en el tiro, no ha fallado un solo libre, ha jugado de manera espectacular en ataque, con un espíritu colectivo que se ha traducido en 36 asistencias y ha dominado el rebote capturando 14 rechaces en el aro rival, con Looney como auténtico martillo pilón en esta faceta que ha hecho especialmente daño a los Mavs en el cuarto final.
Dallas ha lanzado bien de 3, ha perdido solo 7 balones, ha gozado de una gran segunda unidad liderada por un brillante Spencer Dinwiddie, pero ha sido muy inferior en el rebote y, sobre todo, ha defendido muy mal en los tres primeros cuartos, yendo siempre a remolque de su rival.
Luka Doncic ha terminado con 28 puntos, pero con 10 de 28 en el tiro. Horrenda su primera parte, 6 puntos, y mejora notable en un momento dado del tercer cuarto para tirar de los suyos. Dinwiddie ha sumado 26 tantos (5 de 7 desde el triple). Solo Dorian Finney-Smith y Jalen Brunson se han unido al club del doble dígito anotador, aunque de forma tímida.
Warriors ha dominado con suficiencia el marcador, yéndose al descanso ganando 69-52 y llegando a tener 25 puntos de ventaja jugándose el tercer cuarto (87-62 tras una canasta de Curry).
Dallas parecía un equipo hundido, con un líder, Doncic, muy cansado, pero de repente ha resurgido de sus cenizas en el tercer cuarto con un parcial de 0-15 que le ha metido en el partido hasta ponerse a solo 8 puntos de Warriors (92-84) coincidiendo con los mejores minutos del jugador esloveno.
Se llegó al final del tercer cuarto con un inesperado 94-84, pero Warriors empezó bien el último período para ponerse con 17 de ventaja a base de rebotes ofensivos que dieron segundas y hasta terceras oportunidades. Eso sí, los Mavs no se rindieron y llegaron a ponerse a 10 puntos (110-100) con menos de 4 minutos por jugar.
En esos 4 minutos, no hubo emoción. Jason Kidd había regalado definitivamente el rebote jugando en ataque con 5 jugadores abiertos, afrontando el final sin referencia interior alguna (con Doncic y Finney-Smith como hombres más altos) frente a unos Warriors con Looney, Green y Wiggins en cancha. Y el milagro nunca llegó.
Un triple de Klay Thompson puso ya el inalcanzable 115-100 en el marcador en la recta final, terminando el partido con un 120-110 que se antoja engañoso dada la notable superioridad del equipo local.