Warriors enmendó sus errores en la segunda parte. Remontada y victoria ante Dallas para ponerse 2-0. Recuperaron los locales 19 puntos de desventaja para ganar 126-117. Stephen Curry, Jordan Poole y un gran Kevon Looney al frente del éxito.
No valieron ni los 42 puntos de Luka Doncic ni los 31 de Jalen Brunson. Ni siquiera meter 21 triples le sirvió a Dallas. Golden State volvió a estar en el 56% de acierto en el tiro. Y eso es muchísimo. Metió el 50% de sus triples. Asistió un gran número de canastas. Dominó el rebote. Y su segunda unidad superó con creces a la de Dallas.
El equipo de Kidd murió sin abandonar su idea. Small-ball... y debacle en la pintura. Nada menos que 62-30 en puntos cerca del aro. Con Looney campando a sus anchas bajo la canasta. Un auténtico destrozo al que no se puso parche alguno desde el banquillo visitante.
Los texanos pasaron de anotar 40 puntos en el segundo cuarto a meter solo 13 en el tercero. Primera parte: 58-72. Segunda: 68-45. Con Warriors anotando 43 puntos en el cuarto final. Dos mundos. La charla de Kerr en el descanso a buen seguro tuvo su miga.
Curry terminó el partido con 32 puntos, 8 rebotes y 5 asistencias. Metió 6 triples. Y resultó letal en la parte final. Un 2+1 cuando Dallas estaba a 6 puntos. Y un triple sobre la bocina de la posesión para matar el partido (122-112). Un maestro en la definición. El Curry de las grandes ocasiones. Un jugón sin fecha de caducidad.
Poole hizo 23 puntos, 5 asistencias y un 70% en el tiro de campo. Y Looney fue el factor X... la clave secreta. Partidazo del pívot que le valió jugar 32 minutos. Números estelares de Looney: 21 puntos y 12 rebotes.
Hay veces que una aparente mala decisión salva a tu equipo. No pareció lógico que Kerr mantuviera a Draymond Green en el tercer cuarto con 4 faltas. Y cayó la quinta. Muy tonta. Como 'tonto' fue el partido de Green. Restaba aún por jugar la mitad del tercer cuarto y se encedieron las alarmas en el equipo local. Pero esa falta fue una bendición para Warriors. A partir de la salida de Green el equipo apretó aún más a los Mavericks. Jugó mejor Golden State con Looney en pista que con Green. Y el tercer cuarto acabó con un apretado 83-85. Con mate sobre la bocina de Looney para cerrarlo.
Empezó el último cuarto y nada más hacerlo llegó la primera ventaja local en todo el partido. Un triple de Otto Porter Jr. para el 86-85. Y todo fue a peor para Dallas. Para cuando volvió Green al juego su equipo ya ganaba por 8. Metió un triple y poco más. Porque cometió su sexta falta a 2:25 del final. Una falta poco inteligente. Porque era innecesaria (cerca del aro rival). Porque fue su eliminación. Y porque regaló 2 tiros libres a Doncic. En general, el partido de Green fue deficitario. De lo peor que se le recuerda. Pero el bueno de Looney puso el contrapunto viviendo su mejor noche.
La recta final fue una lucha constante de Doncic por obrar un milagro. Pero Warriors es más que Mavericks. En teoría lo es. Y en la práctica también. Al menos por ahora. Curry y Poole lideraron a su equipo en el último cuarto. Para ganar bien. Sin problemas.
Terminó con 16 puntos Andrew Wiggins y con 15 Klay Thompson. Buen partido de Porter Jr. Y 5 minutos innecesarios de Damion Lee. Sobreexcitado. Desquiciado ante Davis Bertans.
Doncic se resarció de su horrible segunda mitad del primer partido. Enorme el esloveno en este segundo juego. Sumó 42 puntos, 8 asistencias y 3 robos. Solo perdió 2 balones. Tiró bien a canasta. Enchufó 5 triples. Forzó 15 libres. Sus mejores momentos: el primer y el cuarto cuartos.
Enorme también Jalen Brunson. Calidad reconocida. Produjo 31 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias. Metió 5 de sus 7 triples. Reggie Bullock añadió 21 puntos (18 desde el triple).
En el lado negativo... el partido de Spencer Dinwiddie. Y la defensa. Otra vez la defensa de Dallas lejos de lo esperado. Con Golden State circulando la bola con eficacia.
Los Mavs dominaron la situación en la primera parte a base de triples. Nada menos que 15 al descanso. Estando por encima del 50% de efectividad. Esa locura era insostenible en la segunda mitad. Y así ocurrió. Warriors corrigió su penoso trabajo defensivo del primer tiempo. Apretó atrás. Llevó más lejos el reto físico ante Dallas. Y los Mavs solo metieron 13 puntos en el tercer cuarto y encajaron 43 en el último. La maravillosa versatilidad del equipo local. Un equipo profundo. Una escuadra cargada de recursos. Un grupo que parece ir encarrillando su regreso a las Finales.