No fue un paseo militar de los Warriors, ni mucho menos. Estos Grizzlies son un equipazo juegue o no Ja Morant, tal y como demostraron en temporada regular y tal y como han confirmado esta noche. Sufrió Golden State para ganar 101-98.
La victoria del equipo californiano resulta casi trascendental, ya que pone a los de San Francisco con ventaja de 3-1 ante unos Grizzlies que jugaron sin Morant y que no se sabe muy bien si van a poder contar con él en el próximo partido.
El equipo local ganó sufriendo, yendo a remolque en el marcador durante gran parte del encuentro, rehaciéndose en la parte final y tirando en el último cuarto de oficio, de experiencia t de su larga relación con la presión. Todo ello ante un equipo muy joven, sin experiencia en playoff, pero cargado de calidad y, sobre todo, de sentido de equipo, de poder grupal, un equipo trabajado con esmero, paciencia y sabiduría por Taylor Jenkins y su cuerpo técnico.
Memphis llevó las riendas del partido hasta el final del tercer cuarto. Lo hizo defendiendo a un gran nivel, arrastrando el partido hacia su orilla con un escueto 38-41 al descanso y acabando el tercer cuarto con marcador de 62-69 tras un triple lejanísimo sobre la bocina de Desmond Bane.
Llegó hasta ahí Memphis a pesar de no contar con Morant, de sufrir una noche nula de Jaren Jackson Jr. desde el triple, de tener a un errático Dillon Brooks en su regreso al juego tras su sanción de un partido y de no disponer del mejor físico de Desmond Bane, que sigue siendo una sombra de sí mismo en estos playoffs. Con todo y eso... los Grizzlies pelearon el partido hasta el final.
La experiencia es un grado y la calidad, también. Golden State metió más puntos en el cuarto final, 39, que en toda la primera parte, 38, y esa reacción le dio el partido.
Sin Steve Kerr en el banda (baja por Covid-19), las riendas del equipo recayeron en Mike Brown, que acaba de llegar a un acuerdo para entrenar a Sacramento Kings. Pocos podían y pueden dudar del experto Brown. Su relación con la plantilla tras 5 años en el equipo parece ejemplar y su anterior toma de responsabilidad al mando de los Warriors, sucedida en 2017 por una baja de Kerr, se saldó con marca de 11-0.
Warriors tuvo otra horrible noche desde el triple (llegó a estar con una serie de 0 de 15) y a un Draymond Green menor, afectado sin duda por la inesperada muerte de Adreian Payne, que fue compañero suyo en Michigan State.
A ello se unió una muy mala noche de Klay Thompson en el tiro (6 de 20 en campo con 0 de 7 desde el triple).
Lideró a los locales Stephen Curry, que hizo 32 puntos y 8 asistencias, anotando 8 libres sin fallo en los últimos 45 segundos del partido y convirtiéndose en el primer jugador que alcanza los 500 triples en postemporada.
Andrew Wiggins logró 17 puntos y 10 rebotes, Jordan Poole lo hizo bien (14 puntos), pero anduvo lejos de su nivel en estos playoffs, y Otto Porter Jr. colaboró de forma efectiva en la victoria. Además, buenos minutos de Kevon Looney.
Memphis, que llegó a tener una ventaja de 12 puntos, tuvo oportunidad de igualar el partido en los últimos segundos con un triple de Jaren Jackson Jr., pero la presencia defensiva de Draymond Green dejó sin opciones el tiro. Jackson Jr. terminó con 21 puntos y 5 tapones, pero con 0 de 7 desde el triple.
Muy positivas las presencias en el quinteto titular visitante de Tyus Jones y Steven Adams, que por fin entró en la rotación de Jenkins. Jones suplió muy dignamente a Morant y anotó 19 puntos y Adams se fue a 10 tantos y 15 rebotes en 27 minutos. Excelente también el reserva Kyle Anderson (17 puntos y 8 rebotes en 23 minutos).
Brooks terminó con 5 de 19 en el tiro, y eso que metió un triple desde medio campo sobre la bocina del partido, un triple inservible. Y Bane solo aportó 8 puntos a unos Grizzlies que no dejan de sorprender a todos.