Warriors salió a flote como pudo en Memphis para ganar 116-117 y dejar a los Grizzlies sin el factor cancha.
Victoria del equipo californiano a pesar de la expulsión de Draymond Green y gracias a una gran actuación de Jordan Poole, que en sus primeros playoffs sigue a lo grande ejerza como titular o ejerza como suplente.
No sirvieron los 67 puntos de Ja Morant y Jaren Jackson Jr. El primero firmó 34 puntos, 9 rebotes y 10 asistencias, robó 3 balones, brilló en el final del partido y se excedió a veces en el manejo de las situaciones hasta forzar 31 tiros de campo. El segundo estuvo simplemente inmenso después de solo poder jugar 11 minutos en la primera mitad por culpa de su peligrosa propensión a las faltas. Terminó con 33 puntos y 10 rebotes tras meter 6 de sus 9 intentos triples, y se antoja que tendría que haber tenido más peso en el juego de los suyos en la recta final del encuentro, porque estaba caliente-caliente.
A pesar de esa gran producción conjunta de Morant y Jackson Jr., Golden State sacó adelante un partido que por momentos pareció que no le iba a corresponder.
La primera parte fue de los Grizzlies, pero sin obtener demasiado rédito, y no fue hasta el tercer cuarto cuando Golden State empezó a imponer su ritmo ofensivo adelantándose 66-68 con un triple de Stephen Curry y anotando 36 puntos en el cuarto tras encestar 14 de sus 21 tiros de campo (incluyendo un 5 de 7 desde el triple) para acabar el cuarto ganando 90-91 a pesar de la fiesta ofensiva de Jaren Jackson Jr., que veía el aro como si fuera una piscina.
Tras ese tercer cuarto plagado de magia ofensiva, con alternativas sobresalientes en el juego y cierto punto de locura, llegó un último período en el que Warriors apretó en defensa hasta ponerse 93-103 con una canasta de Klay Thompson, pero Stephen Curry cometió su quinta falta a 5:08 del final y los locales remontaron hasta volverse a poner por delante.
En la recta final emergió el mejor Morant, metió un triple importante Klay Thompson, erró sorprendentemente 2 libres el propio Thompson a 6,7 segundos del final y los árbitros erraron más de la cuenta, incluida la señalización de un salto entre dos a 4,8 segundos del final cuando el balón era claramente para Warriors.
Esa decisión, con el salto favorable a Memphis, le dio al equipo local tiempo muerto con 3,7 segundos para ganar el partido. Jugada de pizarra de Taylor Jenkins para que el balón acabara en manos de Ja Morant con el fin de buscar el camino más exitoso para él: la penetración a canasta. Buena ejecución inicial, pero Morant no pudo culminar la acción al llegar muy forzado al desenlace tras tener que atravesar corriendo media pista.
Warriors ganaba así por los pelos. Lo hacía con un brillantísimo Jordan Poole, autor de 31 puntos, 8 rebotes y 9 asistencias, con un 60% en el tiro de campo. El mejor de su equipo, de largo. Todo ello partiendo desde la segunda unidad.
Stephen Curry fue a tirones. En el segundo cuarto no anotó ni dio asistencias, pero luego recuperó el pulso en el tercero. Acabó con 24 puntos e hizo un importante tapón a Morant en los últimos segundos del partido.
Andrew Wiggins hizo 17 puntos y 8 rebotes y Klay Thompson terminó con 15 puntos y 6 de 19 en el tiro.
Buenos papeles de Gary Payton II y Kevon Looney, 3,6 segundos de juego para el mexicano Juan Toscano-Anderson, para defender la última y crucial jugada del partido, y 17 minutos de acción para Draymond Green, que fue expulsado cerca del descanso tras una fea acción ante Brandon Clarke y que sobreactuó tras su expulsión montando el numerito.
Memphis, que está sin Steven Adams (protocolos Covid-19), tuvo, además de a los ya mencionados Morant y Jackson Jr., a De'Anthony Melton con 14 puntos y 7 rebotes y a Brandon Clarke con 12 tantos y 9 rebotes.
Muy negativas en la derrota las actuaciones de Desmond Bane y Dillon Brooks, que totalizaron un 6 de 23 en el tiro para solo sumar 17 puntos.
Primer partido muy igualado y primera victoria de Warriors en su camino para intentar alcanzar la final del Oeste.