Pelicans sorprendió a propios y a extraños ganando 114-125 en Phoenix para situar la serie en un 1-1 que pocos podían imaginar, más aún viendo cómo se había desarrollado el primer partido de la eliminatoria.
El encuentro estuvo marcado por dos nombres propios, los del local Devin Booker y el visitante Brandon Ingram.
Booker representó como nadie el auge y caída de Phoenix Suns a partir de una presencia en pista que fue del todo a la nada en un instante. El líder anotador de los Suns hizo una primera parte de impresión al sumar 31 puntos con 12 de 18 en el tiro de campo y 7 triples, el último conseguido sobre la bocina del segundo cuarto para poner el 61-56 en el intermedio. Parecía destinado a arañar un poquito de historia de seguir mínimamente por el camino emprendido en la primera mitad, pero no fue así, ni mucho menos. Todo fue muy diferente a lo imaginado. El escolta de los Suns se lesionó en el tercer cuarto y su partidazo quedó truncado de repente por culpa de una contractura en los isquiotibiales. Se fue del partido con 31 puntos en 25 minutos jugados dejando en estado de shock a los suyos.
Ingram representó la cara contraria, lo que le llevó a ser, sin género de dudas, el jugador del partido. El alero de Pelicans anotó 26 puntos en una extraordinaria segunda mitad para terminar con 37 puntos, 11 rebotes, 9 asistencias y 13 de 21 en el lanzamiento de campo, convirtiéndose en el líder indiscutible de un equipo que ya estaba plantando cara a Phoenix con Booker en pista (77-74 cuando se lesionó el All-Star).
New Orleans consiguió su primera victoria en postemporada desde 2018. Lo hizo con porcentajes excelentes de tiro que incluyeron un 54,8% en campo, un 80% en libres y una serie espectacular de 17 de 30 desde el triple, una zona de la pista desde donde los Pelicans hicieron muchísimo daño a su rival.
El equipo visitante metió 69 puntos en la segunda mitad dejando en entredicho el entramado defensivo local, desarrolló durante todo el partido un buen trabajo en los tableros y su único defecto visible estuvo en las pérdidas de balón.
C.J. McCollum terminó la contienda con 23 puntos, 8 rebotes y 9 asistencias, contrastando su gran acierto desde el triple con su horrible noche en el tiro de 2, Herb Jones añadió 14 puntos, Larry Nance Jr. continuó con su luna de miel con el juego aportando 13 tantos desde una suplencia que contó también con las muy buenas aportaciones de Alvarado y Murphy III.
Además, doble-doble de Jonas Valanciunas y nuevo partido sin presencia de Willy Hernangómez, que volvió a quedar fuera de la rotación de su equipo.
En Phoenix, además de Booker, 17 puntos y 14 asistencias sin pérdidas de balón de Chris Paul, que estuvo tan bien en la dirección de juego como desafortunado en el tiro, y 19 puntos de Mikal Bridges, que protagonizó uno de los grandes momentos de la noche cuando en el tercer cuarto le puso un tapón a Jaxson Hayes para segundos después sufrir una tremenda chapa de Hayes en una 'venganza exprés' que resultó espectacular.
Aportaron desde la segunda unidad Cam Johnson y JaVale McGee, y discreto Deandre Ayton, que nunca fue capaz de imponerse en la pintura.
Pero por encima de todo, el mal de los Suns radicó en la defensa. Resulta complicado encajar 69 puntos en la segunda parte de un partido de playoff y salir indemne. Eso sí, más allá de la derrota, ahora mismo Phoenix Suns cruza los dedos para que la lesión de Devin Booker se quede en un susto. Esa es, sin duda, su máxima preocupación en estos momentos.