Tropezón de Warriors de esos que son dolorosos de verdad. Orlando sorprendió al equipo californiano ganándole 94-90, lo que implica que Phoenix Suns se convierte ya en campeón de la División Pacífico.
Un novato de gran nivel, Franz Wagner, personificó el éxito en la noche y un veterano de gran nivel, Klay Thompson, personificó el fracaso. Porque los dos jugadores resultaron esenciales en la resolución del juego para bien y para mal, con unos Warriors perdiendo un partido ante un equipo del furgón de cola de la liga. La sombra de Stephen Curry es alargada.
Un triple de Mo Bamba jugándose el último minuto había adelantado a Orlando 89-88, y poco más tarde llegó la jugada crucial. Con ese resultado atacaba el equipo local con el tiempo de posesión a punto de acabarse. Entonces, buscó el triple el novato Wagner y le hizo falta el experimentado Thompson. Warriors pidió revisión de la jugada, pero lo cierto es que la falta de Klay fue clarísima. Los árbitros se ratificaron en su decisión, el rookie Wagner tuvo 3 tiros libres y los metió los 3 con una templaza sobrecogedora para poner el 92-88 con 13,2 segundos por jugar.
Tras ello, Jordan Poole anotó de forma celérica el 92-90. Y llegó el segundo cara a cara entre Wagner y Thompson en el que el novato salió ganador. Faltaban muy pocos segundos, sacó de banda Orlando, Thompson perdió la marca de Wagner y este, tras un excelente movimiento sin balón, se fue solo hacia la canasta y se colgó del aro para sentenciar el partido.
Fue un mal final, se mire por donde se mire, de Klay Thompson y de los Warriors, que incluso perdieron el balón tras el mate de Wagner para rematar su mala faena final. Y fue una conclusión en la que un joven jugador que está haciendo una gran temporada de debut en la NBA demostró la clase que tiene y el gen competitivo que le acompaña.
Venció Orlando sin Jalen Suggs en juego. Lo hizo con otro gran partido de Wendell Carter Jr. (19 puntos y 8 rebotes), un jugador que está en un gran momento. Franz Wagner sumó 18 puntos y Cole Anthony alcanzó los 14 más 5 asistencias.
Warriors pareció romper la tendencia del partido con el 19-36 del tercer cuarto que le llevó a acabarlo 9 puntos arriba (65-74), pero en el último cuarto solo metió 16 puntos. Un bajón en toda regla.
Golden State ya había dado muestras evidentes de flaqueza en una primera parte que perdió 46-38 tras hacer un 2 de 14 desde el triple, perder 8 balones (al final del partido perdió 18) y tener a Andrew Wiggins y Jordan Poole bajo mínimos, con un 2 de 14 en el tiro de campo, además de a un Draymond Green a años luz de su mejor yo, algo comprensible tras una larga ausencia.
Poole, al menos, eclosionó en la segunda parte hasta irse a los 26 puntos y 6 asistencia. Muy bien a partir del descanso. Pero Wiggins no reaccionó tan bien y terminó el partido con un duro 5 de 19 en el tiro.
Klay Thompson acabó con 15 puntos, Jonathan Kuminga hizo 14 en 20 minutos y Otto Porter Jr. volvió a brillar con 14 puntos y 15 rebotes, cuando venía de un partido de 16 y 16.
El equipo de Steve Kerr está bajando la guardia, pero aún conserva una buena posición de cara al final de la temporada.