Otro día de diván en el esperpento Lakers. No hay jornada tranquila para los aficionados del equipo angelino, que a estas alturas ya estarán acostumbrados a vivir en la convicción de que cualquier medianía de la NBA puede derrotar a su equipo.
Sacramento Kings es, hoy por hoy, una medianía, pero fue enfrentarse contra Lakers y ver la luz. Venía la formación local de perder sus últimos 5 partidos. El equipo de Frank Vogel parece dispuesto a repartir felicidad por todos los rincones de Estados Unidos.
No es que Lakers estuviera haciendo nada del otro mundo, pero por lo menos se presentó en el ecuador del partido ganando 61-67. Lo peor vino a continuación, un tercer cuarto bochornoso en el que los Kings le endosaron a los Lakers un inadmisible 40-23 que puso a los visitantes a los pies de los caballos (101-90 a 12 minutos del final).
Ese tercer cuarto fue el mejor ejemplo del peor mal que aqueja a los Lakers: su falta de compromiso defensivo y su falta de actitud colectiva cuando vienen mal dadas. De'Aaron Fox, Harrison Barnes y el defenestrado Marvin Bagley III lideraron el ataque en el cuarto, este tercero, que supuso un punto de inflexión en el encuentro, un Marvin Bagley III que jugó bastantes minutos porque a Sacramento no le queda otra, con Richaun Holmes y Tristan Thompson de baja.
Y llegó un final apretado. Lakers se había acercado hasta el 118-116. Pues bien, para acabar el partido un 7-0 para Sacramento. Inoperancia total de los favoritos a la hora de resolver la papeleta.
Con 120-116, la jugada de los angelinos consistió en un tiro triple de Russell Westbrook, un triple que no entró y que supuso el colofón a una actuación de Russ sencillamente penosa. La respuesta local fue contundente: triple crucial y definitivo de Chimezie Metu para poner el 123-116 a 46,7 segundos del final.
Lideraron el triunfo Fox (29 puntos) y Barnes (23 y 7 rebotes). Bagley III sumó 16 puntos y 9 rebotes en 30 minutos, Tyrese Haliburton añadió 14 tantos y 10 asistencias y Metu aportó 14 puntos, 7 rebotes y ese triple letal. Y los Kings están 17-27.
Lakers, por su parte, queda en el 50%: 21-21. El equipo de Vogel trabajó bien los tableros, solo perdió 9 balones y tuvo una segunda unidad digna a pesar de la baja de Carmelo Anthony, pero su trabajo defensivo durante el partido fue su peor aliado, hasta el punto de encajar 125 puntos y ver cómo el rival metía el 55,1% de sus tiros de campo.
LeBron James vivio otro deja vu. Otro partido de LeBron contra el mundo, otra actuación brillante cayendo en saco roto: 34 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias. Teniendo que jugar 39 minutos y que lanzar 29 veces a canasta. Al final, para nada.
Junto a él, pues poca cosa. Otro muy buen encuentro de Malik Monk, que empezó de forma excelente desde el triple para terminar con 22 puntos y 6 de 9 desde la línea de 3. Y otra actuación notable del joven Austin Reaves (19 puntos), uno de los jugadores que más orgullo está mostrando.
Trevor Ariza estuvo mal, como toda la temporada. No está aportando nada al equipo.
En el lado más negativo, Russell Westbrook. Se ha empeñado en no perder balones (solo extravió uno) y en no jugar a un nivel aceptable. Esta vez... 8 puntos, 12 rebotes, 6 asistencias, 2 de 14 en el tiro de campo y 0 de 5 desde el triple. El horror. Pero culpar solo a Westbrook de la situación de los Lakers sería una solemne tontería.