¿Baño de realidad o accidente puntual? El tiempo dirá si la demostración de fuerza ofrecida hoy por los Nets en Chicago es producto de una conjunción de circunstancias o es un aviso de lo que puede venir cuando el big three de Brooklyn esté en su apogeo.
Se enfrentaban el primero del Este, Chicago Bulls, y el segundo, Brooklyn Nets, y lo hacían con sus respectivos tríos estelares en juego, algo que en la actual temporada es un auténtico milagro. Teníamos a los 6 jugadores estelares en pista, pero el partido no tuvo el desarrollo esperado, porque los Nets rompieron cualquier resistencia de los Bulls en el tercer cuarto para terminar apropiándose de la cancha de forma abusiva con Kevin Durant y James Harden impartiendo cátedra.
Chicago ya empezó muy mal el partido. A los 36 segundos de juego se lesionó malamente Derrick Jones Jr. No pinta nada bien la lesión, la hiperextensión a la que se sometió su rodilla podría acabar en una baja de muy larga duración. Habrá que esperar.
Más allá de esa auténtica desgracia inicial, Chicago peleó el partido hasta el descanso (60-62) para luego sucumbir ante la prodigiosa ofensiva rival. No fue el día defensivo del equipo de Donovan, que encajó 38 puntos en el primer cuarto, 39 en el tercero y 37 en el último para terminar perdiendo por un contundente 112-138 tras llegar a ir 38 puntos abajo en los últimos 5 minutos del encuentro.
El 19-39 del tercer cuarto marcó un antes y un después en el mismo, con Kevin Durant percutiendo de forma letal contra la defensa de los Bulls. Durant metió 17 puntos en el tercer acto por los 19 que anotaron todos los jugadores de Chicago. Al final del cuarto, 79-101. Medio partido resuelto.
El arranque del cuarto final ya fue definitivo. En un abrir y cerrar de ojos los visitantes cobraron más de 30 puntos de ventaja. Una paliza de primer orden. La jugada en la que Bembry se tiró al suelo a por un balón, la bola sin dueño hizo que Griffin se arrojara también al suelo a por ella, para acabar la jugada de porfía en un mate de Sharpe resume cómo los visitantes no solo jugaron mejor, sino que pusieron un empeño superior en sus acciones en gran parte del segundo tiempo.
Brooklyn acabó con un 56,3% en el tiro de campo, masacró al rival desde el triple con 17 anotados de 32 intentados, sumó 35 asistencias y robó más balones, 11, que los que perdió, 9.
Golpe de autoridad de los grandes, demostración de fuerza, exhibición de músculo competitivo, llámenlo como quieran, pero los Nets se sobraron todo lo que quisieron ante unos Bulls desnortados. Y sin LaMarcus Aldridge, Joe Harris y Nic Claxton en juego. Y con Kyrie Irving haciendo un partido ramplón (9 puntos y 3 asistencias en 25 minutos).
Durant terminó con 27 puntos, 9 asistencias y 7 de 10 en el tiro de campo; Harden sumó 25 puntos, 16 asistencias (su mejor marca del curso), 7 rebotes y 5 triples de 8 intentos; Patty Mills logró 21 puntos en 22 minutos con 6 de 8 desde el triple aprovechando lanzamientos liberados por la atención que el big three generó en la defensa rival; y el joven Sharpe fue titular, superó sus iniciales problemas de faltas y acabó con 20 puntos y 7 rebotes en 22 minutos antes de ser eliminado.
A ellos hay que añadir el muy buen trabajo de Bembry, la mejora de Blake Griffin y la demoledora acción ofensiva de todo el equipo.
Chicago se vino abajo en la segunda parte. Está haciendo una enorme temporada, pero hoy no fue su día. Zach LaVine hizo 22 puntos y 6 asistencias, DeMar DeRozan anotó 19 unidades, Coby White 16 y Nikola Vucevic 14. Y poco más dio de sí el equipo, con la desgraciada lesión de Jones Jr. y la primera parte inexistente del novato Dosunmu, que solo jugó 4 minutos al cometer 3 faltas.
Pero el verdadero problema lo tuvo Bulls atrás. No pudo su defensa con el vendaval del equipo contrario, un equipo contrario que mandó un mensaje inequívoco a todos sus rivales.
Tras el partido... Bulls sigue primero en la conferencia con 27-12 y Nets conserva la segunda plaza con 26-14.