Minnesota se impuso claramente a Lakers (110-92) con un estelar Karl-Anthony Towns para lograr así su segundo triunfo ante los angelinos en sus dos duelos de la temporada (ya había ganado en L.A. 83-107). Ha sido una noche gris para Lakers, ya que el equipo, además de perder el partido, se ha quedado sin Anthony Davis.
Lakers tiene descompuesta su plantilla. Empezó el partido con 6 jugadores en los protocolos Covid-19, que podrían haber sido 7 si Russell Westbrook no hubiera sido repescado de los protocolos en un abrir y cerrar de ojos. Fuera por pandemia Dwight Howard, Talen Horton-Tucker, Malik Monk, Avery Bradley, Austin Reaves y Kendrick Nunn, que además sigue lesionado. A ellos se une el también lesionado Trevor Ariza. Y se añade ahora un Anthony Davis cuya lesión tiene muy mala pinta.
Davis tuvo que irse a vestuarios en el primer cuarto por un problema en el tobillo derecho, pero pudo regresar. Eso sí, cuando ya no pudo volver al juego fue cuando se lesionó la rodilla izquierda, la que ya tenía tocada. Sucedió en el tercer cuarto, cuando un rival le cayó encima. Lo más preocupante fue verle ya dentro del túnel de vestuarios caído en el suelo echándose mano a la rodilla. Lo dicho, no pinta bien.
Más allá de ello, Lakers aguantó como pudo hasta el descanso para diluirse en la segunda parte. El primer cuarto había sido el horror de los horrores, un 23-16 con los dos equipos presentando una serie conjunta de 1 de 26 desde el triple, sí, ¡1 de 26! Lo único positivo del primer cuarto fue el arranque de Towns, que ya en el segundo cuarto firmó de forma consecutiva una buena canasta ante LeBron James y un tapón sobre el propio LeBron, que tuvo una noche más bien gris. Al descanso, 54-45, con los Lakers aún vivos a pesar de haber perdido ya 11 balones.
Los balones perdidos fueron uno de los muchos caballos de batalla de Lakers, como lo fueron el triple y por encima de todo el rebote. Lamentable el trabajo de los angelinos en el rebote, aunque tienen, sin duda, buenas razones para haberlo hecho tan mal, con Anthony Davis lejos de su mejor yo y luego lesionado y sin Howard, por no hablar de DeAndre Jordan, que nada pinta a estas alturas en este equipo. Pero es que lo de los tableros fue sangrante: 61 a 36, con 15 ofensivos locales y solo 1 visitante.
Fue en el tercer cuarto cuando todo se torció para Lakers, con la lesión definitiva de Davis y con el 31-20 esclarecedor de Minnesota que llevó el marcador hasta un 85-65 tras cerrar el cuarto con un parcial de 24-7.
Ese parcial final y esos 20 puntos de ventaja al finalizar el tercer cuarto dejaron sin emoción la parte final del encuentro, un último cuarto en el que Minnesota llegó a dominar por muy amplias ventajas, superiores a esos 20 puntos, a pesar de que entre las bajas locales estaba una muy señalada, la del joven Anthony Edwards (Covid-19), que venía de meter 10 triples en su último partido.
Victoria final muy holgada (110-92) con 28 puntos, 10 rebotes, 4 asistencias y 3 tapones de Karl-Anthony Towns, que metió el 55% de sus tiros de campo y lideró a su equipo a un parcial de +23 cuando estuvo en cancha.
D'Angelo Russell sumó 17 puntos y 6 asistencias, Malik Beasley hizo otro 17 puntos, aunque con porcentajes de tiro discretos, Jarred Vanderbilt fue un coloso en los tableros que capturó 16 rebotes, Jaylen Nowell metió 14 puntos en 19 minutos y Patrick Beverley hizo un muy buen partido, jugando el argentino Leandro Bolmaro 4 minutos de consolación, sin nada en juego por entonces.
Lo más positivo en Lakers fue el debut de Isaiah Thomas, que acabó como máximo anotador del equipo con 19 puntos en 22 minutos. LeBron James (18 tantos y 10 rebotes) mostró un juego anodino, Russell Westbrook (14 puntos) pareció un jugador descafeinado y Anthony Davis limitó su presencia en pista a 20 minutos, sin que se le viera fino en ningún momento.
Los Lakers, más allá de sus muchísimas bajas, se hundieron en un juego caótico en el tercer cuarto y perdieron pie hasta ceder claramente el partido y situarse ahora con marca de 16-14.