Un Denver-Chicago muy descafeinado. Los visitantes jugaban sin Nikola Vucevic, pero es que los locales lo hacían sin ni un solo integrante de su big three, ya que a las bajas por lesión de Jamal Murray y Michael Porter Jr., se unió la de Nikola Jokic por un problema en una muñeca.
Meritorio el partido de Denver sin Jokic, más aún teniendo en cuenta lo muy perdidos que suelen estar los Nuggets cuando el serbio se sienta un ratito en el banquillo.
Bulls aprovechó la ocasión para ganar 108-114 gracias a la capacidad para resolver de Zach LaVine y DeMar DeRozan.
Lo de LaVine fue espectacular. Metió 24 puntos en la segunda parte y nada menos que 12 en los últimos 5 minutos de juego. Bueno, en realidad metió esos 12 cruciales puntos en solo 3 minutos y 15 segundos, en la recta final del partido. Una racha que dio medio triunfo a los suyos. Una racha en plan máquina destructora. El otro medio se lo dio el temple de DeRozan desde los libres, metiendo 8 de 8 en los últimos 75 segundos del encuentro.
LaVine acabó con 36 puntos y 14 de 24 en el tiro, DeRozan hizo 26, pero con 7 de 21 en campo, y el suplente Derrick Jones Jr. colaboró con 16 puntos y 8 rebotes.
Chicago (11-5) cierra así bastante bien su gira por el Oeste, 5 partidos como visitante de los que ha ganado 3.
Denver, mientras, suma su tercera derrota consecutiva, y buena parte de culpa de esta la tuvo su muy deficiente trabajo en los tableros. Los de Malone cedieron 17 rebotes en su propio aro.
Funcionaron los que tenían que funcionar: Aaron Gordon (28 puntos, 9 rebotes y 10 de 12 en el tiro de campo) y Will Barton (23 puntos). Pero lo mejor fue ver por fin a Facundo Campazzo marcándose un partidazo.
El argentino jugó 27 minutos y fue el tercer anotador de los suyos. Terminó con 16 puntos, 4 asistencias, 2 rebotes y 2 robos tras meter nada menos que 4 de sus 5 intentos triples. Así sí, este sí es el verdadero Campazzo.