Los Spurs bien merecían una alegría. El equipo de Gregg Popovich sumaba 4 derrotas consecutivas que no hacían justicia a su juego, quedándose San Antonio una y otra vez al borde de la victoria sin conseguirlo. Esta vez ha sido distinto.
Complejo calendario para los texanos, que ya se han tenido que ver las caras con Nuggets, dos veces con Bucks, con Lakers y con Mavs, a pesar de lo cual nunca han perdido la cara a sus rivales.
Meritorio y sorprendente triunfo en Milwaukee por 93-102 al ritmo de un Dejounte Murray espléndido en el cuarto final. El base de los Spurs sumó en el partido 23 puntos, 9 asistencias y 3 robos de balón, ¡y 16 de esos 23 puntos llegaron en el último cuarto, cuando se decidió todo!
San Antonio ganó desde la defensa y desde el colectivo, con Derrick White despertando para hacer 17 puntos y con Bryn Forbes, 16 puntos, viviendo una noche muy especial ante su exequipo, el equipo con el que se proclamó campeón de la NBA, lo que hizo que antes del partido en Milwaukee recibiera su anillo de campeón.
Además, buenos minutos del veterano Thaddeus Young, que una vez vaya amoldándose a su nuevo equipo puede ser una muy importante argamasa en el juego de Spurs. Keldon Johnson firmó un doble-doble y San Antonio culminó con éxito el encuentro a pesar de las malas noches en el tiro de Lonnie Walker IV y Devin Vassell.
Bucks quedó atascado en ataque. Malos porcentajes de tiro y 19 pérdidas de balón de un equipo que jugó sin Jrue Holiday, Brook Lopez y Bobby Portis, y que tuvo como máxima figura a Giannis Antetokounmpo, con 28 puntos, 13 rebotes y 7 pérdidas de balón. Khris Middleton sumó 19 puntos.
Los Spurs tiraron mal de 3, pero solucionaron el partido gracias a su excelente relación entre balones robados y perdidos (12-9), el trabajo de su segunda unidad y el compromiso defensivo de todo el equipo.
Ahora, San Antonio queda con situación de 2-4 por el decepcionante 3-3 de Milwaukee.