Los Lakers andan completamente perdidos. Buscan soluciones por caminos extraños y a las malas terminan a la gresca. Phoenix Suns, un equipo al que da gusto ver jugar, ha bailado a los angelinos en el Staples Center, pero la derrota ha sido digna (105-115) porque los locales han maquillado tremendamente el resultado.
Suma y sigue: 8 partidos jugados entre pretemporada y temporada y 8 derrotas. Frank Vogel camina muy próximo a un alambre de espinos, tal y como ha demostrado el lamentable altercado protagonizado por Anthony Davis y Dwight Howard en el segundo cuarto, con marcador de 41-49, cuando Lakers aún creía en la victoria.
Antes, Chris Paul había hecho historia tras una falta con algo de lío del omnipresente Dwight Howard, omnipresente para mal a pesar de solo jugar 9 minutos. Paul anotó los 2 libres y con ellos llegó a los 20.000 puntos en su carrera. Es el primer jugador en la historia de la NBA que alcanza los 20.000 puntos y las 10.000 asistencias.
En el ámbito general, tremendo desastre de Lakers, que llegó a ir perdiendo por 32 puntos (55-87) en el tercer cuarto tras encajar un 11-30 tras el descanso, momento en el que los árbitros de forma condescendiente permitieron a LeBron darle un palo a Cam Johnson que pasó como un tapón. Entonces, hasta el bueno de LeBron estaba descorazonado, sin respuestas, enfadado. No es para menos, ya que se pasó solo casi todo el partido, sin ayuda de ningún compañero. Le sobra pasión aún a James y le faltan ayudas.
El 26-23 del primer cuarto con Chris Paul sin anotar y Devin Booker metiendo 2 puntos fue un espejismo. En cuanto empezó el baile de verdad, Phoenix se quedó sin pareja. El 18-34 del segundo cuarto desembocó en un claro 44-57 al descanso, con Lakers tirando un 8 de 13 desde el triple y un 7 de 25 en el tiro de 2. Con Lakers perdiendo 10 balones y teniedo con 3 faltas a James y Russell Westbrook, y con Anthony Davis habiendo metido solo 4 puntos.
Mientras, Chris Paul campaba a sus anchas por la cancha. Hizo en la primera parte 11 puntos y 10 asistencias. Un clinic de cómo dominar un partido tirando 3 veces a canasta y yendo unas cuantas veces al libre.
Pero lo peor para Lakers estaba por llegar. El tercer cuarto resultó demoledor. Phoenix Suns hizo acopio de todo su poderío de finalista de la NBA para dejar a los locales a la altura del barro. Devin Booker empezó a anotar con contundencia, Deandre Ayton dominaba los tableros, los visitantes se pusieron con 32 de ventaja y a 1:49 del final del cuarto los servicios de seguridad expulsaron del pabellón a un espectador que estaba sentado en primera fila.
Al final del tercer cuarto, 67-94 en el marcador, con los de Frank Vogel recibiendo 71 puntos entre el segundo y el tercer cuarto. En este equipo no defiende ni el tato. Lakers estaba en un 33,9% en el tiro de campo y era un alma en pena en la pista.
Menos mal que los angelinos tiraron de orgullo para maquillar salvajemente el marcador en el cuarto final con un parcial de 38-21.
Paul terminó el partido con 23 puntos y 14 asistencias, Booker sumó 22 puntos y un enorme Mikal Bridges, que hizo de todo y todo bien, logró 21 puntos. Además, 14 de Crowder y 8 más 15 rebotes de Ayton. Hasta JaVale McGee se divirtió un rato en la cancha haciendo números positivos, todo lo contrario que el local Avery Bradley, que puso dinámica y energía aparente para no hacer estadística y sumar un -25 su equipo en los 21 minutos que estuvo en cancha.
Lakers tuvo a LeBron con 25 puntos y 5 triples. Davis mejoró en la segunda parte según empeoraba su equipo. Logró 22 puntos y 14 rebotes, con un 6 de 18 en el tiro. No hizo buen partido. Y Carmelo Anthony (16 puntos) y Russell Westbrook (15 tantos, 11 rebotes y 9 asistencias) fueron los grandes maquilladores de Lakers, un equipo que largó a Drummond, Gasol y Harrell para salir de inicio con DeAndre Jordan y rescatar al irascible Dwight Howard.