El segundo partido de las Finales del Este no se pareció en nada al primero. Paliza inmisericorde de unos fantásticos Milwaukee Bucks a unos Hawks irreconocibles. Giannis Antetokounmpo y Jrue Holiday lideraron a los suyos.
Varapalo para Atlanta Hawks, que bajó de su particular nube, e inyección de moral para unos Bucks que jugaron un gran baloncesto y dominaron el juego de forma apabullante para ganar 125-91 e igualar la serie.
Anteto sumó 25 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias en tres cuartos, volvió a tirar bien desde los libres y nos dejó la mejor jugada individual del partido cuando en el primer cuarto salió de un reverso para anotar con finger roll rectificando en el aire.
El otro gran jugador del partido fue Jrue Holiday, autor de 19 puntos en el primer tiempo para terminar el partido, también sin jugar el último cuarto, con 22 puntos y 7 asistencias. Su nivel en estos dos primeros partidos ante Atlanta hacen augurar un esperanzador futuro para su equipo.
Añadir los 16 puntos y 3 robos de Brook Lopez, excelente el pívot, y los 15 tantos, 7 rebotes y 8 asistencias de Khris Middleton, que venía de hacer un muy mal partido 48 horas atrás.
Atlanta fue una sombra triste de sí mismo, como lo fue su líder Trae Young, que acabó con 15 puntos, 3 asistencias, 1 de 8 desde el triple y 9 pérdidas de balón. Nada que ver con el Young exultante del primer encuentro.
Sin Young no hubo Capela y no hubo Hawks, un equipo que no puede contar realmente con Bogdan Bogdanovic porque el serbio está muy limitado físicamente. Lo mejor para el equipo del estado de Georgia fueron el buen inicio de Danilo Gallinari y el hecho de que Cam Reddish, en su vuelta al juego tras una larga lesión, pudiera jugar 17 minutos y sumar 11 puntos, prácticamente todos en momentos sin tensión, cuando el juego ya estaba agotado y el marcador lo decía todo.
Todo se rompió en en segundo cuarto, y se rompió en mil pedazos, sin capacidad alguna de los Hawks para recomponer los cuantiosos daños sufridos. El baño de juego durante los 12 minutos del segundo acto fue de los que quitan el hipo, un baño con tintes históricos, con Atlanta regalando balones a mansalva hasta perder el norte y con los Bucks ofreciendo una lección magistral de juego defensivo, intensidad, movimiento de balón, selección de tiro y acierto.
¡El segundo cuarto fue una barrida salvaje, finalizando 43-17 con un parcial de 20-0 para alcanzar el descanso con un escandaloso 77-45! Y todo se acabó ahí.
En el segundo acto Milwaukee metió el 75% de sus tiros de campo (18 de 24 en el tiro) y solo perdió 2 balones en una auténtica exhibición de juego; Atlanta, mientras, hizo un 7 de 21 en el lanzamiento de campo y extravió nada menos que 8 balones.
La única alegría para Atlanta en el segundo cuarto fue que regresó al juego Cam Reddish después de mucho tiempo en el dique seco. Más allá de eso, debacle del equipo visitante de las que dejan huella.
El 77-45 al descanso lo decía todo. Holiday y Anteto dominaban a su antojo la pista con colaboraciones muy valiosas de Brook Lopez y Khris Middleton. Los locales estaban en un 63,3% de acierto en el tiro de campo, llevaban 10 triples de 19 intentos tras meter 7 en el primer cuarto y sumaban 18 asistencias y 6 pérdidas. ¡Cómo cambia este equipo cuando el entran los triples, y esta vez le entraron!
Atlanta era un auténtico carajal para desesperación de Nate McMillan. Horrible Trae Young tras venir de hacer un partido impresionante en la apertura de la serie. Ya llevaba 8 pérdidas de balón Young al descanso. Lo único positivo en Atlanta el buen arranque de juego de Danilo Gallinari; lo peor, la defensa del equipo, un desatino, y las pérdidas de balón (13 en la primera parte).
Lejos de remontar algo, la ventaja fue creciendo en el tercer cuarto hasta terminar el período con la máxima diferencia hasta ese momento, ¡40 puntos: 103-63! El partido llevaba camino de terminar en una humillación pura y dura.
Hawks había metido 35 puntos en 24 minutos (segundo y tercer cuartos) y llevaba ya 17 pérdidas de balón. Milwaukee era una fiesta, y en pleno éxtasis Mike Budenholzer perdió un poco la brújula al pedir una revisión de jugada en los últimos segundos del tercer cuarto con 40 puntos de ventaja para su equipo. Totalmente innecesaria, de muy mal gusto.
El último cuarto lo jugaron los jugadores de fondo de banquillo, minutos y más minutos intrascendentes que nos dejaron el susto de la tremenda caída del jugador de los Hawks Nathan Knight. Se dio un dolorosísimo costalazo en la espalda, pero pudo abandonar la pista por su propio pie.
Los locales llegaron a estar en el último cuarto con más de 40 puntos de ventaja y terminaron venciendo 125-91 para poner el 1-1 en las Finales del Este. McMillan tendrá que ajustar algunas cosas y sus jugadores tendrán que regresar a las Finales del Este por la cuenta que les tiene.