Hasta ahora no hay color: 2 partidos en la serie Suns-Nuggets y 2 victorias contundentes de Phoenix. El segundo juego nos dejó un dominio incontestable de principio a fin. Más allá de la progresión del marcador estuvo el juego. Un abismo entre los dos equipos.
Dominio de principio a fin. Sin fisuras, continuo, por momentos aplastante y avasallador. La defensa. Siempre desde la defensa. Estos Suns son un ejercicio defensivo de primer orden. El ataque de Denver ahogado, sin movimiento de balón, seco como la mojama. Nikola Jokic como un náufrago rodeado de agua hostil. Sin ayudas de los compañeros. Desamparado. Con Michael Porter Jr. haciendo un partido infame con su espalda tocada. Y Chris Paul dando su enésima lección desde el intelecto. Su hombro parece ya una causa ganada. Su juego de hoy, enorme; sus números precisos, prácticos, geniales.
Los Suns vencieron a placer 123-98. Llegaron a superar los 30 de ventaja en el último cuarto. Y porque su defensa se relajó en los minutos finales. Denver había anotado solo 67 puntos en tres cuartos. La retaguardia de Phoenix vale su peso en oro.
Paul con números de juventud: 17 puntos, 15 asistencias y 0 pérdidas de balón. En 31 minutos de él en pista, +26 para su equipo. Un 60% del base en el tiro de campo. Incluso ayudó en el rebote. Y se despidió a lo grande: un par de triples para el 102-75. Con el público volcado. Bacanal de decibelios en la grada.
Solo otros dos jugadores han hecho en playoffs un partido de al menos 15 puntos y 15 asistencias sin pérdidas desde 1984. Magic Johnson y Jason Kidd. Una vez cada uno. Este es el tercer juego de este calibre de Paul. Masterclass del veterano base en la dirección del juego.
Phoenix defendió de cine matando al rival. Phoenix tiró bien de 3. Phoenix llevó el tempo del partido. Phoenix solo perdió 7 balones. Phoenix se dio un paseo triunfal ante la impotencia de Michael Malone. Con Monty Williams disfrutando de la interpretación de sus chicos en la cancha.
Devin Booker hizo 18 puntos y 10 rebotes. Mikal Bridges sumó 16. Deandre Ayton añadió 15 tantos y 10 rebotes. Trabajó muy bien Jae Crowder. Buenos minutos del ex de Denver Torrey Craig. Hasta Dario Saric rindió en minutos competitivos.
Los Suns repartieron sus esfuerzos en ataque y en defensa; los Nuggets, no. En ataque todos los esfuerzos corrieron a cargo de Nikola Jokic. En defensa, no hubo esfuerzos reseñables.
Poco importó la vuelta del lesionado Will Barton. Y eso que fue de lo más decente del equipo. Nuggets no tuvo fluidez ofensiva. Tiró muy mal de 3. Se estrelló contra un muro. El primer cuarto lo cerró con 1 de 13 desde el triple, el segundo con 4 de 22. Y a pesar de ello llegó al descanso vivo: 52-42. El partido no fue bello de ver en su primera mitad. Y ese marcador no parecía muy real. Era un espejismo creado por los números. La impresión era otra. Estaban los Nuggets vivos de milagro. De forma inexplicable. Y la segunda mitad corroboró esa sensación.
El inicio del tercer cuarto resultó clave. Los Suns se dispararon en el marcador con un par de triples de Crowder. Muy pronto se pusieron con 21 de ventaja tras un pique entre Crowder y Aaron Gordon. Rompieron el partido fácil. Y el tercer cuarto acabó 86-67. Denver andaba perdido. Y lo que vino después fue más de lo mismo. Marcador de 95-70 a 9:50 del final. Encuentro resuelto sin tener que sufrir.
Denver fue solo Jokic (24 puntos, 13 rebotes y 6 asistencias). Se salvaron de la quema Paul Millsap (que todavía está buscando a Paul) y Will Barton. El resto, un desastre. Mal Facundo Campazzo (3 puntos, 2 asistencias y 1 de 7 en el tiro). Mal Monte Morris (también 1 de 7). Pero la palma se la llevó Michael Porter Jr., más frío que nunca. Horrible en el tiro (3 de 13), inexistente en defensa, incapaz de compartir el juego... El enemigo en casa.
Los Nuggets han llegado sin Jamal Murray más lejos de lo que cabía esperar. No se pueden esperar milagros. Pero lo cierto es que tienen que cambiar radicalmente en esta serie. Si no lo hacen, Phoenix se los va a comer crudos.