Hasta aquí llegaron los Lakers en su maltrecha temporada. Phoenix Suns fue un escollo superior a sus fuerzas en un partido que empezó con titularidad de Marc Gasol, recaída de Anthony Davis y brutal exhibición de Devin Booker y los Suns en el primer cuarto.
Triunfo de Suns por 100-113 en el Staples con partido descomunal de Devin Booker, que ha acabado con 47 puntos, 11 rebotes y 3 asistencias tras ofrecer una línea de tiro excepcional: 15 de 22 en el lanzamiento de campo, 8 de 10 desde el triple y 9 sin fallo desde los libres.
Booker metió 22 puntos y 6 de 6 desde el triple en el primer cuarto y se fue al descanso con 33 puntos en su haber. El escolta se mostró imparable toda la noche para seguir maravillando en su primera experiencia en playoffs.
Phoenix gana así 3 partidos consecutivos para imponerse 4-2 en la serie, vencer por primera vez una primera ronda desde 2010 y pasar a una semifinales del Oeste que le enfrentarán a Denver Nuggets.
En el lado contrario, la desolación. Los Lakers se convierten en el undécimo campeón que cae en primera ronda y LeBron James sufre la primera eliminación en primera ronda en sus 18 años de carrera NBA.
LeBron fue el mejor de su equipo (29 puntos, 9 rebotes y 7 asistencias), tiró del carro hasta donde pudo y se marchó de la cancha al final del partido de una forma poco elegante.
Además de Booker, Suns tuvo a Jae Crowder con 18 puntos, 8 rebotes y 6 triples (fue expulsado a 30 segundos del final) y a Chris Paul, que sigue sin estar en su mejor tono físico, con 8 puntos, 12 asistencias y solo 1 pérdida de balón, permitiéndose el lujo de ganar con Deandre Ayton haciendo 4 tiros a canasta en todo el partido o con Cameron Payne presentando un 1 de 8 en el lanzamiento de campo.
Phoenix defendió a un gran nivel, especialmente en la primera parte, se exhibió desde el triple y se mostró superior a los Lakers en todo momento, desde un organigrama de juego perfectamente estudiado y equilibrado que contrastó con el caos reinante en unos Lakers que no se sabe muy bien a qué juegan.
Lakers tuvo como grandes estandartes ofensivos, además de a LeBron, a Dennis Schröder (20 puntos), que fue a más tras una mala primera parte, y a Kentavious Caldwell-Pope (19). Hicieron buenos partidos Wes Matthews y Talen Horton-Tucker y el físico traicionó a Caruso, que solo jugó 8 minutos.
Los peores de la clase: Kyle Kuzma (otro partido horrible) y Frank Vogel (superado por las circunstancias). El técnico alineó como titular a Marc Gasol (0 puntos, 3 rebotes y 7 asistencias) y acabó por arruinar durante las últimas semanas a una de la partes de la plantilla que a priori parecía más fuerte, la de sus hombre interiores. Hoy, Marc Gasol disputó 18 minutos, Montrezl Harrell 8 y Andre Drummond 0, jugando la mayoría del partido el equipo con un quinteto bajo. Para este viaje no se necesitaban estas alforjas.
El partido se quebró en el primer cuarto con un tremendo 14-36 que bajó los ánimos de todo el Staples Center. Booker metió en esos 12 primeros minutos de partido 22 puntos y su equipo enchufó 10 de sus 13 intentos triples ,mientras que Lakers se quedó en un paupérrimo 6 de 21 en el tiro de campo. Baño de los que hacen daño, mucho daño.
El físico de Anthony Davis solo duró 5 minutos y medio. Tal vez fue prematuro devolverle a la competición, pero Lakers se vio obligado vistas las circunstancias. Davis empezó a sentir molestias en la ingle -la zona lesionada- desde las primeras jugadas del partido y no pudo aguantar en pista. No le pudo dar nada a su equipo.
La exhibición visitante se prolongó en el segundo cuarto hasta una máxima ventaja de 29 puntos (19-48) tras anotar un 2+1 Mikal Bridges después de sortear Phoenix la zona de Lakers con un exquisito movimiento de balón.
A partir de ahí, Lakers tuvo un parcial favorable gracias a 8 puntos consecutivos de Kentavious Caldwell-Pope, que en la recta final del cuarto cometió una flagrante en forma de fea y peligrosa falta a Torrey Craig. Al descanso llovía algo menos para los locales: 41-62.
La segunda parte, que empezó con una pequeña exhibición de Marc Gasol en el pase antes de cometer su cuarta falta, fue un ejercicio de dignidad deportiva de un equipo herido. Lakers regresó a su esencia defensiva y elevó su tono físico, a veces en el límite de la agresividad excesiva, pero ese paso de más en intensidad le vino muy bien al equipo para paliar con esfuerzo y dedicación la superioridad exhibida de principio a fin por los Suns.
Markieff Morris cometió una flagrante sobre Cam Johnson, Lakers peleó el partido, LeBron James tiró del carro, Dennis Schröder mejoró sus malas prestaciones de la primera parte y el Staples se encendió por momentos. Al final del tercer cuarto el resultado era de 76-89 y al inicio del último cuarto los Lakers apretaron hasta ponerse a 10 puntos (84-94) con 8:12 por jugar. Lakers había pasado del -29 al -10, parecía que había partido, pero en realidad no lo había. Reaccionó el mejor Chris Paul y los Suns controlaron la situación al no dejar jamás que los locales se acercaran a menos de 10 puntos.
Un triple de Crowder (95-111) puso la puntilla a unos Lakers que ya se dieron por vencidos. Y a 30,6 segundos del final llegó la innecesaria expulsión de Jae Crowder, gran partido el suyo, al acumular dos técnicas, aunque ya poco importaba, porque su equipo era el ganador y pasaba de ronda redondeando su gran temporada regular y dejando fuera a unos Lakers que culminan así una temporada para olvidar.