Partidazo en el Ball Arena. Un partido mayúsculo de playoff en el que hubo cuatro partidos y tres finales. El primer partido se dirimió en los dos primeros cuartos; los otros tres llegaron con los tres finales, el del último cuarto, la primera y la segunda prórroga.
Encuentro vibrante y victoria final para Denver tras 58 minutos de tiras y aflojas. Triunfo por 147-140 para dejar sin premio el partido sideral de Damian Lillard, el jugador del clutch, el jugador de las canastas imposibles, de los milagros perpetuos. Hoy, llevó a su equipo a una doble prórroga, sacó petroleo de donde ya no parecía que se podía extraer nada.
Sus números hablan por sí solos: 55 puntos, 10 asistencias con solo 1 pérdida, 6 rebotes, 17 de 24 en el tiro de campo, ¡12 de 17 desde el triple!, 9 de 10 en libres... 52 minutos para mostrar en los colegios, 52 minutos de baloncesto en estado puro. Esos 55 puntos suponen un récord anotador en playoff de la franquicia (batiendo un registro que él mismo poseía) y esos 12 triples son un récord de la NBA en playoffs, superando los 11 que metió Klay Thompson en 2016.
Lillard metió 17 de los 19 puntos anotados por Portland en las dos prórrogas y cuando su cuerpo dijo basta, se hundió su equipo. No pudo tirar ni siquiera a canasta en los minutos finales de la segunda prórroga y Portland se quedó sin anotar en todos esos minutos para ceder 12-5 en el segundo tiempo extra y terminar perdiendo.
Su alter ego en Denver fue Nikola Jokic. El serbio acabó extenuado. No es de extrañar tras jugar los 72 partidos de la temporada regular con 35 minutos de media y tener que disputar ahora estas minutadas en la postemporada. Sumó 38 puntos, 11 rebotes, 9 asistencias y 4 tapones. Tuvo que asumir 31 tiros y solo perdió 2 balones en 46 minutos. Fue la gran estrella del equipo ganador.
Excelente el partido desde la suplencia de Monte Morris (28 puntos y 5 pases de canasta) y desde la titularidad de Michael Porter Jr. (26 puntos y 12 rebotes con 10 de 13 en el tiro). Destacar también los 18 puntos y 7 asistencias de Austin Rivers y los 14 y 10 rebotes de Aaron Gordon.
No fue, por el contrario, el día de Facu Campazzo. Solo jugó 21 minutos, y no estuvo en pista, salvo en momentos puntuales, en el final del cuarto cuarto y las dos prórrogas. Es verdad que no jugó bien, pero parece un lujo en un partido así prescindir de la experiencia del argentino, acostumbrado a jugar partidos bajo la máxima presión.
El primer partido del partido se jugó en su primera parte. Fue así porque Denver empezó a lo grande, con un 10-0, que jugándose el primer cuarto se transformó ya en un 35-20 y que al inicio del segundo cuarto ya se había expandido hasta un 54-32.
Sí, Denver ganaba por 22 al inicio del segundo cuarto, pero este primer partido concluyó al descanso, cuando Portland fue capaz de pasar de perder por 22 puntos a irse a vestuarios cayendo solo por 3 (65-62) tras lograr un parcial de 11-30.
Iniciado el tercer acto Portland ya empató a 65 con una cesta de Jusuf Nurkic, jugándose a partir de ahí en régimen de igualdad. Y llegó el segundo partido o primera final, el del cuarto cuarto, no exento de una gran polémica y no ajeno a la genialidad de Lillard.
Ganaba 121-118 Denver cuando Lillard buscó el triple con 8,4 segundos por jugar y los árbitros pitaron una inexistente falta de Austin Rivers. Iban a ser 3 tiros libres ante la sorpresa de todos, pero hubo revisión y los árbitros negaron la mayor, pero se quedaron con una dudosa menor: no serían 3 tiros, sino banda porque había habido falta antes del disparo. Incredulidad general. Sacó de banda Portland y Lillard clavó un triple maravilloso que envió el partido a la prórroga. Así se las gasta Dame. Y así se las gasta la ley no escrita que algunos siguen cumpliendo: la de dejar tirar un triple al rival cuando quedan pocos segundos y ganas por 3. Malone sabrá.
La primera prolongación parecía ser de Denver sin tapujos. Un triple de Rivers puso el 132-123 a 2:14 del final, pero, claro, en el otro bando estaba Lillard. ¡Y tremendo desenlace provocado por el amigo Lillard! Triple del base a 22,9 segundos del final y nuevo triple del base con 6,4 segundos por desarrollar para enviar el partido a la segunda prolongación. Y Lillard ya con 50 puntos para el 135-135.
En la segunda prórroga Lillard rizó el rizo metiendo un triple contra tablero y Michael Porter Jr. enchufó un triple importante (143-140 a 1:33 del final) tras un maravilloso pase de Jokic trazado con escuadra y cartabón.
El partido se decantó del lado de Denver porque Lillard ya no pudo tirar a canasta, porque Robert Covington, muy buen partido el suyo, falló un mate por la intercesión de Jokic y porque a 10,2 segundos del final C.J. McCollum pisó la línea lateral.
Además de Lillard, Portland vivió de sus titulares solamente. Covington firmó 19 puntos y 11 rebotes, McCollum sumó 18 puntos con 7 de 22 en el tiro, Powell añadió 13 y Nurkic logró 13 puntos y 11 rebotes jugando solo 24 minutos por culpa de las faltas.
Ahora, Denver domina 3-2 un duelo que aún nos puede regalar emociones fuertes.